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Crónica:LA CRÓNICA
Crónica
Texto informativo con interpretación

Poema de pared

Ayer vi desaparecer un verso de Barcelona. Decía así: "Ya que tenemos que morir / que sea pues / después de haber vivido / no solos y / desesperados / como viejos / románticos / sino como hombres y mujeres / híbridos de ser mortal / e inmortal que somos". Estaba escrito en una pared medianera de la calle de La Maquinista esquina con el paseo de Joan de Borbó, en el edificio ocupado hasta principios del verano por el movimiento Miles de Viviendas y desalojado y posteriormente demolido con no poco estrépito ciudadano. La forma del mural no era libre, sino que respondía a los saltos de tabiques y pisos de la antigua vivienda, de manera que los versos aparecían sobre fondos cambiantes, desde un papel pintado hasta una superficie embaldosada, pasando por un simple encalado en blanco, según los usos de los antiguos cuartos.

Hace tiempo que quería escribir sobre esa bonita frase, pero no había sabido encontrar el tiempo hasta ayer, cuando volví a contemplar el verso y vi como unos operarios lo estaban recubriendo con unas planchas metálicas. Dios lo quería: ahí estaba yo para salvar al poema, consignándolo a la posteridad de las hemerotecas. En realidad, mil rayos, Internet se me había vuelto a adelantar. El blog www.escritoenlapared.bolgspot.com -auténtica mina para cronistas urbanos, y sé que no debería echar piedras sobre mi tejado- lo lucía fotografiado y con el texto transcrito. Nada se decía de su autor ni de las circunstancias en que fue escrito el poema.

En el bar Maristany, justo enfrente, el propietario, Víctor, no sabía de dónde había salido el poema, pero sí me ofreció detalles sobre el edificio, uno de los primeros de cinco plantas que hubo en la Barceloneta, propiedad del Puerto, que desde principios del siglo XX lo tenía cedido a los carabineros que inspeccionaban la aduana, instalada en el actual Palau de Mar. Pero los guardias se fueron de allí hace décadas, probablemente cuando se trasladó la aduana, y el edificio quedó abandonado hasta 2005, cuando fue ocupado por el movimiento Miles de Viviendas. Ahora el Ayuntamiento, de acuerdo con el Puerto, proyecta construir vivienda social para los vecinos desplazados con la reforma de los quarts de casa del barrio, que también ha suscitado una viva polémica.

Pesquisas posteriores me han permitido llegar a Vicente. Vicente Escolar, de 35 años, se declara militante extraparlamentario, profesor de filosofía a ratos -"los menos posibles, procuro trabajar poco"- y escritor de ensayos y poemas que circulan por la red. El verso de La Maquinista forma parte de un poema mucho más largo que Vicente había escrito en 2004 bajo el título de Sardenya, 43, dirección de otro centro de actividades altermundistas. A finales de mayo de este año, conscientes de que el desalojo de la casa de Joan de Borbó se aproximaba, Vicente y sus compañeros sacaron planos y escribieron la enigmática frase habitación por habitación, piso por piso. Y ahí quedó la voz tras el derribo. "No queríamos que fuera ninguna consigna a favor de la ocupación, sino algo que hiciera pensar", explica Vicente.

Pues vaya si hace pensar. Podía haber sido un texto anarquista, escrito por una mano anónima durante la guerra: tratándose de la calle de La Maquinista hubiera sido verosímil. Además, el poema tiene una extraña épica republicana. A Vicente le gusta esta filiación. "Pertenece al barrio", asegura con cierta severidad en la voz, y mientras lo hace uno piensa que, con el paso de los años, acaso también el poeta se convierta en un "viejo romántico", pero no se lo dice, que bastante pena debe de llevar ya con la desaparición de su poema. Aunque, a decir verdad, a él no se le escuchaba nada triste, mientras que el cronista se sentía, cada vez más, un viejo romántico.

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