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El PSC descarta apoyar en bloque a Chacón

El plan de Navarro pasa por mantener puentes con todos los candidatos al PSOE

Todos, o casi todos, están con Carme Chacón, pero una cosa es decirlo a nivel particular y otra muy diferente hacer un pronunciamiento de partido. La dirección del PSC ya tiene a punto su estrategia de apoyo a la candidatura de Chacón para liderar el PSOE, pero esta será de perfil bajo por un doble motivo estratégico. Por una parte, los socialistas catalanes quieren evitar que Chacón sea vista en el conjunto de España como "la candidata del PSC", pues creen que esto le restaría opciones en un momento en que, entienden, el partido debe sumar sensibilidades. La otra razón que explica esta táctica es que el PSC no quiere quedarse relegado dentro del PSOE en caso de derrota de Chacón, explican varias fuentes de la dirección.

La candidata catalana tiene el apoyo total de su partido, especialmente desde el congreso de la semana pasada. El núcleo duro de la nueva dirección está formado por alcaldes del área metropolitana de Barcelona y, comenzando por el primer secretario, Pere Navarro, son todos afines a Chacón. Son buenos aliados de la exministra el secretario de organización del partido, Daniel Fernández, y el de acción política, Antonio Balmón. A favor de Carme Chacón juega el hecho de que el partido fuera capaz de encarrilar el descontento con la actuación de los diputados del PSC en el Congreso y frenara la opción que defendía el sector más catalanista para recuperar el grupo parlamentario al margen del PSOE.

El PSC prevé repetir la estrategia que utilizó en 2000 en el congreso que encumbró a Zapatero. La mayor parte del partido, comenzando por Carme Chacón, le apoyó desde el principio, pero el entonces primer secretario, José Montilla, se cuidó bien de no poner todos los huevos en el mismo cesto. De esta manera, el PSC invitó a todos los candidatos a explicar su proyecto en Cataluña.

Además, en 2000 varios dirigentes territoriales del PSC se posicionaron a favor de los candidatos que rivalizaban con Zapatero, comenzando por José Bono y acabando por Matilde Fernández y Rosa Díez.

La historia va camino de repetirse, especialmente teniendo en cuenta que el principal rival de Chacón será, si nada cambia, Alfredo Pérez Rubalcaba. El exministro de Interior goza de grandes simpatías tanto en las bases como en la dirección de los socialistas catalanes. De ahí que todos vayan a medir muy bien sus fuerzas antes de tomar partido.

"Chacón puede perder, pero el PSC no se lo puede permitir", explican fuentes próximas al primer secretario. Nadie en la cúpula del partido quiere imaginar qué puede pasar si se hace una apuesta clara por un candidato que no gana, especialmente si después el vencedor no hace una ejecutiva de integración. Zapatero la hizo cuando ganó, pero en ningún lugar está escrito que esto deba volver a ocurrir.

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La voluntad de salir indemnes de las peleas internas del PSOE es tan clara que por ahora el PSC ni se ha pronunciado sobre los manifiestos que han comenzado a circular esta semana. Han brillado por su ausencia los apoyos o las críticas tanto al manifiesto Mucho PSOE por hacer como al titulado Yo estuve allí.

El primer secretario del PSC, Pere Navarro ha sido el abanderado de esta política de calculada neutralidad. Navarro mantiene que salvaría aspectos de los dos textos: "Una mezcla entre los dos manifiestos no estaría nada mal".

"El hecho que de que exista esta proliferación de manifiestos acerca el proceso precongresual del PSOE al del PSC. Hay que debatir mucho, profunda y públicamente", dice Navarro. Según el líder del PSC, los socialistas han dejado de ser un partido de referencia para un sector clave de la población, pese a que considera que el Gobierno ha realizado políticas "muy positivas, que han quedado ensombrecidas por la crisis, por una oposición del PP que no ha ayudado y por problemas internos del partido".

Más allá del discurso oficial, el mensaje del día a día de los socialistas catalanes es mucho más proclive al manifiesto crítico con la obra de Zapatero que ha impulsado Carme Chacón. Una de las principales críticas que hace el texto de Mucho PSOE por hacer es la tardanza del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en asumir la gravedad de la crisis económica. Esta crítica ya la hizo el ex primer secretario, José Montilla, que solía alardear de haber llamado a la crisis por su nombre ya a comienzos de 2008, cuando Zapatero y su entorno solo hablaban de "desaceleración". La contradicción es que Carme Chacón tampoco fue especialmente rápida en hacer un diagnóstico de la situación económica: en 2008, como ministra de Vivienda seguía negando que existiera una burbuja inmobiliaria.

El PSC reconoce a Zapatero los mismos méritos que se le atribuyen en el manifiesto de Chacón: las políticas de cohesión social y las medidas en favor de la igualdad de derechos de todos los colectivos.

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