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Detenidos 32 "okupas" en el desalojo de una casa en Terrassa

Miembros del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron ayer a 32 okupas en el desalojo de una casa en la calle de Puig Novell, en el centro de Terrassa. Horas después se les dejó en libertad con cargos tras declarar en la comisaría de la ciudad. El titular del juzgado número uno de Terrassa, que fue quien ordenó la detención, les acusa de presunta usurpación, desorden público y atentado contra la autoridad, que según un portavoz de los detenidos podría suponerles una pena de prisión de "hasta seis años para cada uno". Los arrestados declararán entre hoy y el martes ante el juez. El desalojo se realizó alrededor de las siete de la mañana y participaron unas 14 furgonetas de agentes antidisturbios, según el colectivo okupa de Terrassa. En un primer momento, los habitantes de la casa lanzaron pintura y diferentes objetos a los agentes y después se reunieron todos en una sala en la que, de acuerdo con su versión, se entregaron a la policía "sin ofrecer ningún tipo de resistencia". Los principales enfrentamientos se produjeron en el exterior de la vivienda, donde un grupo de simpatizantes okupas intercambiaron amenazas verbales con los agentes, pero en ningún momento hubo incidentes notables, aunque a tenor de la versión de los expulsados, fueron agredidas cinco personas. Tras el desalojo, una empresa de derribos tapió la fachada de la casa para impedir que se volviera a ocuparla. Los okupas reconocieron ayer en conferencia de prensa que sabían que en unos días se desalojaría la vivienda y decidieron en asamblea quedarse a dormir más de los que lo hacían habitualmente, y agregaron: "Porque no tenemos nada que esconder y queríamos reivindicar un trabajo hecho al darle vida a una casa vacía y abrirla a los vecinos y al barrio". Un portavoz de la Asamblea Okupa de Terrassa señaló que la reacción de la policía por la mañana fue desproporcionada: "Nosotros actuamos de forma pacífica en todo momento". Finalmente, los okupas se manifestaron anoche por el centro de la ciudad en protesta por el desalojo; uno de los lemas más coreados fue "un desalojo, otra ocupación", junto con "PP, partido policial" y "policía, tortura y asesina". En total, unas 300 personas acudieron a la cita de los okupas y se solidarizaron con ellos por el desalojo del centro social Kork. Durante la manifestación, un grupo de okupas con la cara tapada realizó pintadas indistintamente tanto en locales comerciales como en entidades financieras o empresas de trabajo temporal. También hicieron una pintada en el Museo de la Ciencia y de la Técnica de Cataluña. Ese mismo grupo lanzó petardos en plena calle y en los comercios que aún estaban abiertos ante el asombro de los que paseaban tranquilamente por el centro de la ciudad. Pero el momento cumbre de la noche se produjo ante los juzgados de Terrassa, cuando los concentrados quemaron, en la puerta del mismo edificio, un muñeco que representaba un juez. La manifestación duró poco más de media hora, y alrededor de las diez de la noche se dio por finalizada con la lectura de un manifiesto reivindicativo. La policía, que acudió discretamente vestida de paisano a la manifestación, en ningún momento llegó a intervenir porque no se produjeron altercados. La Asamblea Okupa de Terrassa ya ha sido desalojada más de una decena de veces en los tres años en que el movimiento está enraizado en la ciudad. En la actualidad, el colectivo mantiene ocupadas en Terrassa otras dos viviendas, una en la calle de Salmerón y otra en la calle de García Humet.

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