Detenido un hombre tras asesinar a su esposa en un piso de Terrassa
El mayor de los tres hijos de la pareja alertó del crimen a los Mossos
La violencia sexista se cobró ayer una víctima en Terrassa. Driss el Bouzidi, marroquí de 40 años, asesinó con un cuchillo a su mujer, Fatna, de 30 años y de la misma nacionalidad, en el domicilio familiar. Los hechos sucedieron alrededor de las cinco de la madrugada en un piso del número 282 de la calle de Sant Damià, en el barrio de Ca n'Anglada.
La pareja compartía la vivienda con sus tres hijos, todos menores de edad, dos hermanos del detenido y la mujer de uno de estos. Fue el hijo mayor el que alertó de los hechos a los Mossos d'Esquadra. Cuando los agentes llegaron al domicilio, la mujer yacía sin vida y detuvieron al marido como presunto autor del asesinato con arma blanca.
Según la policía autonómica, no existen antecedentes de malos tratos relacionados con la pareja. Los vecinos del inmueble explicaron que se trataba de "una familia muy educada" que nunca había tenido problemas con el vecindario. Hace tres años que el matrimonio vivía en el actual domicilio, aunque Driss llegó a España hace unos 10. Ana, vecina del inmueble, recordó al detenido como un hombre amable: "Siempre que venía cargada de la compra, me subía las bolsas a casa".
Una treintena de curiosos, casi todos de origen marroquí, se concentraron ante el inmueble tras conocerse el crimen. Varios de ellos explicaron que Driss trabajaba en la construcción, pero hace un año se quedó en el paro. Sus allegados aseguran que la familia no tenía problemas económicos, porque hasta hace poco cobraban el subsidio por desempleo. Incluso se "habían planteado volver a Marruecos", añade Ana.
Eugenio, un vecino de la pareja, definió a Fatna como una mujer entregada a su casa y a sus hijos. Nardin, que reside en la misma calle, afirmó sobre el detenido que era muy conocido en el barrio. "Era muy simpático, pero los fines de semana tenía la costumbre de emborracharse". Varios vecinos confirmaron que Driss a veces llegaba bebido a casa, pero añadieron que nunca se oyeron peleas. "Llevaban 18 años juntos. No entiendo que, de repente, haya podido hacer algo así", añadió Nardin.
Un amigo del detenido explicó que Driss había estado de viaje en Marruecos durante la pasada semana y había vuelto anteayer. "Había ido a curarse mentalmente. Hacía un mes y medio que estaba enfermo. De repente, su carácter cambió, empezó a desconfiar de todo el mundo", comenta.
Unas 200 personas se concentraron por la tarde ante el Ayuntamiento para condenar el crimen, el tercero sexista que se produce en Cataluña en lo que va de año. Hacía más de una década que Terrassa no vivía un episodio de este tipo. El alcalde de la ciudad, Pere Navarro, hizo un llamamiento para que nunca se utilice la violencia "y menos la de género, porque es aprovechar la debilidad de una persona frente a otra".
En la concentración hubo una alta presencia de la comunidad musulmana, que condenó enérgicamente el asesinato. Laila Elmouden, vocal de la Comunidad Musulmana de Cataluña, recordó que "estos hechos no tienen nada que ver con la cultura o la religión. Los agresores no son humanos, son animales".
A la concentración también acudieron compañeras de la escuela donde Fatna aprendía castellano. Una de ellas, Magda Azougagh, recordaba que la víctima "era muy lista. Incluso, en su última clase, el miércoles, le plantearon subir de nivel en la escuela, pero ella contestó que quería seguir y trabajar para aprender bien el idioma". Tampoco faltó a la concentración su profesora, Laila Elmouden, quien destacó sus "ganas de aprender, de conocer el país y el idioma. No había tenido la oportunidad de estudiar en su país. Era una alumna de primera, no faltaba nunca a clase".
Una década luchando por la dignidad
El último caso de violencia de género ha tenido lugar en Ca n'Anglada, un barrio de Terrassa tristemente conocido por los altercados acaecidos en 2003 entre un grupo de skin heads y la comunidad magrebí. El barrio quiere pasar página y lucha por que su nombre se vincule a la interculturalidad y no a la conflictividad.
Ca n'Anglada es una zona de acogida con 14.000 habitantes que buscan una vida mejor. Primero fueron los inmigrantes del sur de España, que a partir de las décadas de 1950 y 1960 se instalaron en el barrio. Magrebíes y subsaharianos tomaron el relevo en los noventa.
Ca n'Anglada se ha beneficiado de la Ley de Barrios, que ha permitido su reforma. Ahora es el tercer barrio con más comercios de Terrassa y una zona frecuentada donde marisquerías conviven con bares de tapas y kebabs.
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