Barcelona irá a la Expo de Shanghai

Desde el malecón de Shanghai el espectáculo no es sólo arquitectónico, sino también simbólico. La ciudad del pasado, en expansión continua, mira a la del futuro que se levanta alucinante en la zona del Pudong, al otro lado del río Huangpu, con edificios dorados que por la noche se convierten en gigantescos televisores.

No es extraño que Shanghai, con 20 millones de habitantes y aún creciendo, haya escogido como lema de la Exposición Universal de 2010 el de Mejor ciudad, mejor vida.

Les preocupa cómo mejorar la ciudad y afrontar el crecimiento imparable de las grandes urbes. Por ello, además de los habituales pabellones nacionales, institucionales y comerciales, por primera vez en una Expo Universal también se ha invitado a ciudades para que presenten sus proyectos más emblemáticos en lo que se ha denominado Área de Mejores Prácticas Urbanas (UBPA en sus siglas en inglés). Barcelona ha sido una de las elegidas con dos proyectos: el del distrito 22@ y la reforma de Ciutat Vella, valorando en ambos la apuesta por regenerar el tejido urbano manteniendo el patrimonio histórico. Los proyectos se presentarán en una nave industrial, en la subárea de Ciudades Habitables de la zona UBPA, en un espacio de 638 metros cuadrados que estará cercano a las propuestas de Londres y Hong Kong. Para el diseño de la exposición se convocará un concurso y, aunque aún no está cerrado, se calcula un presupuesto de entre tres y cuatro millones de euros. En total, se han seleccionado 55 proyectos de los que seis son españoles ya que, además de Barcelona -la única con dos proyectos-, participarán Bilbao, Madrid, Santiago de Compostela y Zaragoza.

Ayer, en el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona se oficializó la participación de la ciudad en la Expo con la presencia del alcalde de Shanghai, Han Zheng, y una nutrida representación china. Ni se inmutaron ante las explicaciones sobre la intervención en 200 hectáreas de Poblenou. Teniendo en cuenta que sólo el recinto de la Expo 2010 -que al ser Universal dura seis meses; entre mayo y octubre- ocupará unos cinco kilómetros cuadrados, es comprensible.

Según explicó Ignasi Cardelús, delegado de relaciones internacionales y de presidencia del Ayuntamiento de Barcelona, la presencia en Shanghai es la punta de lanza del interés creciente de la ciudad para aumentar sus relaciones con China. En septiembre se celebrará en Barcelona el primer congreso de turismo asiático; en noviembre le tocará el turno al Global China Business Meeting y ese mismo mes el alcalde, Jordi Hereu, visitará China con una delegación de la Cámara de Comercio.