Mujer, matemática y meticulosa

El lunes se pondrá al frente de la multinacional alemana en España un cargo que lleva bastantes meses esperando, dice, pues ya hace tiempo que Siemens llamó a su puerta. Rosa María García (Madrid, 1965) vuelve a la arena empresarial muy ilusionada después de tomarse un respiro. A finales del año pasado aparcó su ascendente carrera directiva porque "necesitaba reencontrarme a mí misma", reconoce. Los constantes viajes de la hasta entonces vicepresidenta de consumo de Microsoft para el oeste de Europa, con 14 países a su cargo, "te hacen perder la salud y casi la familia".

Se dio un año para recobrar fuerzas y ahora recoge los frutos. Una tesis en curso, un libro a punto de terminar de escribir, cursos de economía para "estudiarla seriamente" y, eso sí, un sillón en cada uno de los consejos de administración de Banesto y BME. "Necesitaba un tiempo de reflexión para conocerme a mí misma, para ser mejor directiva y para decidir mi nuevo proyecto", asegura Rosa García, para quien Siemens fue "un amor a primera vista".

Vuelve a España la exdirectiva de Microsoft tras un periodo de reflexión

Esta matemática que figura entre las ejecutivas españolas de mayor éxito cree que en la compañía que ahora va a liderar la innovación es aplicada para algo mucho más importante que en Microsoft, donde ha desarrollado casi toda su carrera profesional (empezó en 1991 como directora de soporte técnico y en 2002 fue nombrada presidenta para España, donde triplicó los resultados seis años después). Y lo dice porque la misión de Siemens es contribuir a un mundo más sostenible. Cree que la compañía puede ayudar a que España supere la crisis. Las soluciones y productos de Siemens consiguen fábricas más eficientes y ayudan a reducir costes.

De momento, admite, seguirá los pasos de su antecesor (Francisco Belil). "Abriré un periodo de reflexión y escucha", dice García, que sí planea hacer de Siemens una de las mejores empresas donde trabajar de España, como ya lo consiguiera en Microsoft. Esta consejera delegada basa su gestión en dos premisas: la vocación de servir y crear equipo y el trabajo serio y concienzudo. Presume de ser una de las pocas directivas capaces de pedir la verdad y de decirla.

Se da hasta primeros de 2012 para presentar sus proyectos en Alemania. Y es consciente de que no vale repetir lo bien hecho en Microsoft. "Me voy a adaptar, empaparme de la cultura de la empresa y ver cómo les gusta ser dirigidos. De ello depende el éxito directivo".