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Un vecino ratifica que vio a Carcaño con la silla de ruedas el día del crimen

La policía recuerda que Samuel Benítez se autoinculpó "de forma espontánea"

Diego Carrere, vecino de Miguel Carcaño cuando este supuestamente mató a Marta del Castillo en 2009, señaló ayer en el juicio que vio al principal acusado con una silla de ruedas en el portal de su edificio la noche del crimen a la 1.30 de la madrugada. La declaración de Carrere corrobora la versión de la Policía Científica, según la cual Carcaño utilizó la silla para trasladar a Marta, tal y como apunta el hallazgo de células epiteliales de la chica y su asesino confeso en la silla.

En su declaración, Carcaño relató que utilizó la silla para transportar el cuerpo junto a Samuel Benítez y Javier García, El Cuco, pero situó el traslado alrededor de las 21.30 y no de madrugada. Ayer Carrere aclaró que aquel día vio dos veces a su vecino. Una sobre las 19.00 o 20.00, entrando solo en el portal. Horas más tarde, volvió a verlo. Entre una y otra Carcaño se había cambiado de ropa. "Una vez iba de claro y otra de oscuro", dijo. Carrere puntualizó que cuando lo vio con la silla, Carcaño estaba en actitud de espera: "Ni entraba ni salía". A continuación, la exnovia de Carrere, que iba con él ese día, corroboró esta versión, aunque admitió que nunca antes había visto a Carcaño. Cuando la policía le enseñó su foto, lo reconoció "de forma parcial".

Los agentes niegan las presiones a los acusados para confesar los hechos

En la sesión de ayer comparecieron también cinco policías, que desbarataron las excusas esgrimidas por los imputados para sus cambios de versión. Tanto Benítez como El Cuco relataron en el juicio que confesaron su colaboración para arrojar el cadáver al río Guadalquivir presionados por la policía, que les indicó lo que tenían que decir.

Ayer, mientras que una policía puntualizó que la declaración de Benítez fue "absolutamente espontánea", otro agente destacó que nunca se le dibujó a los imputados los planos para ubicar los recorridos y el punto desde donde supuestamente arrojaron el cadáver al río. "Ni se les amenazó, ni se les presionó, ni nada de nada. Solo se les repitió las ventajas que podía tener su colaboración y arrepentimiento", afirmó otro agente. Un inspector del Grupo de Menores explicó al tribunal que empezó pronto a sospechar de Carcaño porque este le dijo que Marta estaba "harta" de su padre y de las normas de su casa y quería "fugarse" cuando cumpliera la mayoría de edad. Sin embargo, el resto de los amigos de la joven le habían dicho que no tenía ningún problema con su familia. El policía recordó también que en los primeros días de la desaparición, Benítez afirmó "sospechar" de Carcaño. Según el agente, estaba preocupado por si Miguel había "hecho alguna locura".

Sobre María García, acusada de encubridora, varios policías han coincidido en que las pruebas que hay contra ella son que afirma que estuvo toda la madrugada en la casa donde ocurrieron los hechos y que no vio a nadie.

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