El triste destino de Boabdil
Magdalena Lasala publica una amplia biografía del último rey nazarí de Granada
Apodado por los cristianos como el Chico y por los musulmanes como el Zogoibi (el desventurado), la historia de Boabdil, último rey de Granada, está llena de desdichas y disputas, de pactos temerosos y de pérdidas, de palabras que resuenan en la memoria y despedidas ahogadas en lágrimas. El 2 de enero de 1492 Boabdil entregó las llaves de la ciudad de Granada a los Reyes Católicos poniéndose fin al poder musulmán en la península Ibérica.
Hijo del rey Muley Hacen y Aixa, prima del soberano, desde niño fue perseguido por un negro presagio. Al consultar a los astrólogos con motivo de su nacimiento éstos anunciaron que su único sino sería la pena y el infortunio, ya que llevaría a la muerte a todos los que le amasen, y entre sus manos la media luna se terminaría transformando en cruz. En 1492 la profecía se cumpliría después de complejos pactos y disputas familiares, de amor y desdicha.
Magdalena Lasala nos presenta en su último libro, Boabdil. Tragedia del último rey de Granada, publicado por la editorial Temas de Hoy, la historia de un hombre que sucumbió a la Historia, el fin de un reino que había logrado mantener largos periodos de paz y convivencia dentro de sus fronteras. "Nunca cesaron los incidentes fronterizos, pero Granada vivió largos periodos de paz interior, aprovechando que los cristianos estaban más pendientes de sus luchas internas. Incluso hubo periodos de paz entre ambos bandos, gracias a la amistad personal entre diferentes monarcas", afirma Lasala, especialista en la edad dorada de Al-Ándalus y autora de otros títulos como El Círculo de los muchachos de blanco (2001) o Almanzor, el gran guerrero de al-Andalus (2002).
Pero aquella paz que titubeaba en las fronteras no duraría demasiado tiempo, se quebraría fruto del desencuentro entre los progenitores de Boabdil. La unión de éstos garantizaba una estirpe sólida, pero la misma poderosa atracción que los había unido terminó por convertirse en odio. Muley Hacén se enamoraría de Zorayda, una concubina cristiana del harén a la que quiso hacer sultana. Aixa, sedienta de poder, incitó a Boabdil a rebelarse contra su padre declarándolo incompetente para el trono. Aixa recibió el apoyo de los Abencerrajes, que veían en Zorayda un peligro para sus intereses. Fue el comienzo de una guerra civil que debilitó el poder del Reino de Granada ante la previsible invasión cristiana.
"Detrás de la negativa de Muley Hacén a que Boabdil heredara el trono, se esconde el profundo rechazo que como hijo le causaba, ya que su temperamento en poco o nada se parecía al suyo; detrás de la incitación a la guerra civil con que Aixa organiza los actos de Boabdil, late la profunda frustración de que ella misma no puede hacer otra cosa que gobernar a través de un hombre; detrás de la ambición de Zorayda, se esconden los celos que la potente inteligencia de Aixa le causan, intentando desplazarla", aclara la escritora. Todo un enredo de celos y ambición en el que los Reyes Católicos encontraron la mejor manera de llegar a Granada sin demasiado esfuerzo.
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