La nueva joya de Medina Azahara

Desde hace algo más de un año, Medina Azahara (Córdoba) cuenta con un nuevo yacimiento. La sede de su Museo y Sede Institucional da la bienvenida al visitante como si de una excavación arqueológica se tratara. Así, el edificio ha sido concebido como un rompecabezas de volúmenes semienterrados, tal y como ocurre con la excavación de Medina. Esta arriesgada apuesta de los arquitectos Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano, fue reconocida ayer con el Premio Aga Khan de Arquitectura.

El galardón destaca, mediante la entrega de tres diplomas, el papel que han jugado en la consecución de esta obra el director del conjunto arqueológico, Antonio Vallejo, y Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano. El premio, de carácter internacional, fue creado por el Aga Khan Development Network, una red de agencias no gubernamentales para el desarrollo, promovidas por el líder de la corriente ismaelita, perteneciente al chiísmo, que le da nombre.

El galardón se concede a proyectos vinculados al mundo musulmán

El premio comenzó a otorgarse en 1977 a destacados proyectos arquitectónicos, urbanísticos o paisajísticos vinculados al mundo musulmán, especialmente en el diseño contemporáneo, la vivienda social, la conservación del patrimonio histórico o la protección del medio ambiente.

El juego que plantean los arquitectos Nieto y Sobejano es lo que ha convencido al jurado. El Museo de Medina Azahara, de 7.300 metros cuadrados, dialoga con el yacimiento del palacio omeya mandado construir por Abderramán III en el siglo X. Como en el caso de Medina, el nuevo inmueble parece haber sido encontrado, casi por casualidad, bajo tierra. Y al igual que en la ciudad palatina, su integración en el paisaje es total. De hecho, si no es por los rótulos indicativos o la presencia de una amplia explanada para aparcamientos, la presencia del museo pasaría inadvertida al visitante.

Otro detalle que ha gustado al equipo de arquitectos, urbanistas e ingenieros internacionales del jurado ha sido la integración en un edificio radicalmente contemporáneo de referencias a la arquitectura tradicional andalusí. Como en las casas árabes tradicionales -de las que Córdoba ha heredado numerosos ejemplos-, el edificio está iluminado a través de los patios interiores. En el caso del museo, la piedra ha sido sustituida por un hormigón especialmente tratado que recuerda a los estucos blancos de Medina.

"El museo es un símbolo de la convivencia que evoca el nombre de Andalucía y atestigua que, de hecho, Córdoba es el futuro, no solo el pasado", afirmó el jurado del premio a través de un comunicado.

El diseño incluye varios espacios para el desarrollo de distintas actividades. En el mismo edificio se realizan trabajos didácticos, así como otros de conservación. El museo cuenta con un auditorio, diversas salas expositivas, bibliotecas, aulas y talleres. El galardón se entrega cada tres años. El consejero de Cultura, Paulino Plata, fue el encargado de recoger el premio ayer por la tarde en el Museo de Arte Islámico de Doha (Qatar).

Desde 1977 el premio Aga Khan ha reconocido trabajos de arquitectos de primer nivel. Algunos ejemplos son el Instituto del Mundo Árabe en París, de Jean Nouvel; la Universidad de Tecnología Petronas en Malasia, de Norman Foster; y el aeropuerto internacional Rey Abdulaziz, en Arabia Saudí.