Los médicos advierten de que la mayoría de fármacos vendidos en Internet son falsos
Internet es un patio de recreo para los falsificadores, también de medicinas. Un estudio, promovido por el Colegio de Médicos de Málaga, alerta de que entre el 50% y el 90% de los medicamentos que se venden por la red son falsos, y del peligro que supone adquirirlos creyendo que son "reales".
En el 43% de los casos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha detectado la ausencia total del principio activo, aunque también es frecuente que la dosificación sea incorrecta o que contengan sustancias tóxicas, como polvo de ladrillo o anticongelante.
Nuria García-Agua, coautora de la investigación, aseguró ayer que durante 2007 fueron decomisadas más de cuatro millones de unidades de fármacos falsos. Los riesgos asociados a consumir estos productos están relacionados con su impacto sobre la salud pública, sobre todo por la falta de información que se tiene acerca del producto y la pérdida de control de la cadena del mismo.
Según los médicos que han realizado este trabajo, los pacientes internautas demandan en mayor medida tratamientos del grupo terapéutico genitourinario -generalmente Viagra-, aunque reconocieron que se está detectando un incremento de solicitudes de los relacionados con la alimentación y la nutrición.
Después de visitar más de 40 páginas de Internet, la OMS, comprobó que podían comprarse hasta 16 productos en diez sitios diferentes, algo que evidencia la facilidad a la hora de adquirirlos.
Los autores del informe destacan que la población que se automedica no es consciente de los efectos secundarios que acarrea. Juan José Sánchez, presidente del Colegio de Médicos de Málaga, incidió ayer en la labor "detectivesca" que tienen que hacer para detectar a enfermos que han accedido a fármacos por internet, ya que es algo que no se reconoce habitualmente.
Otro autor del trabajo, Antonio García, manifestó que "cualquier paciente con ordenador puede comprar cualquier medicamento ya que en Internet no existen trabas". El facultativo intentó adquirir por la Red varios tratamientos a través de una farmacia on line de Andorra: "Me enviaban el paquete a casa sin pedirme las recetas. No me pusieron ningún impedimento".
Por su parte, el doctor Francisco Martos, que también ha participado en la investigación lamentó que "el carné de cibernauta sirva para adquirir todos los fármacos sin control alguno". Además muchas personas que se automedican por Internet sienten vergüenza a confesárselo a su médico, con lo que se dificulta el seguimiento y tratamiento de las enfermedades.
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