El exdirector de Empleo dio ocho millones a firmas de un exedil del PSOE

Javier Guerrero, ex director general de Trabajo de la Junta, concedió ocho millones de euros a un grupo de sociedades vinculado al empresario y exconcejal socialista José Enrique Rosendo. El dinero procedía del fondo para empresas en crisis que la Consejería de Empleo dotó con 647 millones entre 2001 y 2010. El padre del empresario, Rafael Rosendo, fue alcalde socialista de El Pedroso (2.200 habitantes, Sevilla), al igual que Guerrero, y es uno de los intrusos identificados en el expediente de regulación de empleo (ERE) en Cydeplast, sociedad en la que nunca trabajó.

Guerrero concedió el dinero a Rosendo repartido en 14 subvenciones para seis empresas entre 2002 y 2004. La sociedad Matadero de Sierra Morena, dedicada a elaborar productos del cerdo ibérico, acaparó el grueso de las subvenciones (3,8 millones) y es la empresa que más ayudas ha recibido por parte de la Junta sin un control posterior del destino de los fondos. Empleo mantuvo durante una década un criterio discrecional para conceder las ayudas. "El objeto de las ayudas era desarrollar la empresa y contribuir a la viabilidad. La creación de empleo estaba implícita", alegó ayer Rosendo, cuya principal empresa fue adquirida por el grupo Barbadillo y hoy emplea a 20 personas. Empleo transfirió 2,5 millones a cinco empresas vinculadas a Rosendo el 16 de julio de 2003 y otros 1,8 millones a cuatro sociedades el 14 de enero de 2004.

2José Enrique Rosendo dirigió la Sociedad Local de Desarrollo de El Pedroso entre 1996 y 1999 mientras Javier Guerrero ejercía la alcaldía. Tras un breve periodo como concejal socialista de Cultura cuando su padre fue alcalde, Rosendo inició su carrera como empresario.

El exedil convenció a un grupo numeroso de ganaderos para comenzar una empresa, Matadero Sierra Morena, frenar la venta de cerdos a otras provincias y elaborar los productos ibéricos en la Sierra Norte. Mientras buscaba ayudas, el parlamentario y entonces presidente de la junta rectora del parque natural Sierra Norte de Sevilla, José Caballos, impulsó la idea. "Mi labor fue puramente de apoyo político. Me limité a empujar", recuerda Caballos. A continuación, se elaboró una memoria técnica que avalara las ayudas concedidas.

La sociedad Ballut Dehesas de Calidad, vinculada a Matadero Sierra Morena, percibió 900.000 euros entre 2003 y 2004. Asimismo las empresas Restaurantes Andaluces de Calidad, Capital Andaluz Siglo XXI, Tierra Virgen Alimentación, Marco de Estudio y Proyección Siglo XXI, recibieron ayudas con cargo a la partida 31L, convertida en un cajón de sastre donde tenían cabida empresas pero también Ayuntamientos, fundaciones y asociaciones. Rosendo abandonó Matadero de Sierra Morena en 2005 y el resto de sociedades en 2007. "Las ayudas están justificadas por los puestos de trabajo y actividad que mantuvo", añadió el empresario. Mientras, su padre fue incluido en 2006 en el ERE de Cydeplast, al que la Junta contribuyó con 3,7 millones de euros.

El ex director general Javier Guerrero benefició otras compañías que hoy día permanecen inactivas, a pesar de que recibieron dinero, como Arcadia (1,2 millones), administrada por el ex socio de Rosendo, José María Sayago. Este empresario ha presentado una reclamación a la Junta en un juzgado de lo contencioso por el impago de una subvención de 600.000 euros desde 2009, cuando tras la salida de Guerrero la Consejería de Empleo frenó el grifo de las ayudas millonarias y comenzó a ser más restrictiva.

La solicitud de Sayago, que hoy posee el diario Negocio, proviene de un pago nunca resuelto a la sociedad Tierra Virgen, de la que existe un informe que evalúa de riesgo alto la calificación de solvencia con fecha de 2 de abril de 2009. Ya que la contabilidad de pagos de Empleo no contempla la deuda con Sayago de 600.000 euros por las subvenciones a Tierra Virgen, este débito puede tener su origen en los pagos cruzados que imperaban en la consejería. Esta denominación se usaba de manera interna en Empleo para explicar que los pagos asignados por la consejería a la agencia Idea, pagadora de los mismos, no tenían por qué corresponderse con los abonos finalmente realizados, ya que una vez realizada la transferencia mensual, los fondos podían variar su destino en función de las necesidades más acuciantes de la consejería.