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Columna
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El dóberman sigue ladrando

Flotando en la euforia de las encuestas favorables, Javier Arenas ha decretado la defunción del dóberman. Pero es un espejismo: el dóberman sigue vivito y ladrando. Pero en vísperas electorales se disfraza de cordero.

Para demostrarlo, nada mejor que los hechos. Uno muy gráfico: el encuentro entre Javier Arenas y el presidente de la patronal andaluza, Santiago Herrero, para la firma de una Declaración conjunta por la competitividad de Andalucía confirma que ambos tienen una sociedad de intereses mutuos. Que son la misma cosa.

Es lógico que el líder de la oposición mantenga contactos con los dirigentes de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Lo sospechoso es la coincidencia milimétrica "en una serie de terapias que pueden abrir un camino de esperanza" entre el PP y los empresarios, en palabras de Arenas.

La declaración persigue unificar estrategias y abordar las reformas: reforzar la autoridad del profesorado, reducir la burocracia, la austeridad de la Administración y que el sector público no le haga la competencia a la iniciativa privada, ¡faltaría más!

Me interesó la afirmación de Arenas en su encuentro con Herrero: "La fiesta se ha acabado y si las familias y las pymes están en la austeridad, los gobernantes deben apretarse el cinturón dos agujeros más". De acuerdo.

¿Le ha pedido a su jefa, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, que se apriete el cinturón y renuncie a alguno de los sueldos que percibe, hasta completar esos 240.736 euros que gana al año?

¿Hablaron Arenas y Herrero de recortar las subvenciones a la CEA, que el pasado año recibió 70,2 millones de euros de la Junta, 90.000 de los cuales se invirtieron en patrocinar las jornadas gastronómicas Sabores de Andalucía del Casino de Madrid? Por cierto: ¿los empresarios sí pueden comer marisco subvencionado, pero los concejales de IU, como Rodrigo Torrijos, no pueden ni probarlo cuando son invitados a la Feria Europea del Marisco de Bruselas?

Por su parte, Herrero calificó la situación actual de "dramática" y se mostró preocupado por el aumento del desempleo. Parece sensato que lo esté. La pregunta es qué hacen sus empresarios para reducirlo.

Por otro lado, siguiendo la máxima de que los empresarios son partidarios de privatizar los beneficios, pero de socializar las pérdidas, Herrero pidió a Griñán, en vísperas de su derrota a la presidencia de la CEOE, que imite a Zapatero y privatice las joyas de la comunidad. Confían en hacer un gran negocio.

Pero Arenas, sabedor de que eso de privatizar suena mal en el electorado de centro izquierda, afirma que "se acabó el dóberman", porque "quien privatiza y recorta es el PSOE". Cierto. El PSOE está privatizando. Pero lo hace a regañadientes, siguiendo la doctrina neoliberal imperante que representa precisamente el PP de Rajoy y Arenas.

¡Ellos sí que privatizarían y recortarían con fe y entusiasmo, como les pide la patronal!

Me pregunto si cuando hablaron del paro, Arenas se mostró de acuerdo con la reflexión de Herrero en el sentido de que hay una "excesiva protección del desempleo".

O cómo explica que el PP haya defendido una directiva en el Parlamento europeo que reduce a los inmigrantes a la condición de esclavos y les priva de derechos adquiridos, como la pensión. ¿Eso es de dóberman o de cordero? ¿Es ese el partido de los trabajadores del que nos habla De Cospedal?

Hay muchos más ejemplos de cómo los hechos contradicen las palabras del PP. No basta con llamarse de centro derecha para que lo seas en verdad.

El dóberman sigue suelto, dando dentelladas al Estado del bienestar. Y la filosofía que inspira esa voracidad es la que representa el PP: el neoliberalismo más radical de Europa. Que nadie se llame a engaño.

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