La ayuda a domicilio para en Jerez

Una semana de huelga, 700 ancianos dependientes desatendidos y las cuentas corrientes de la plantilla de ayuda a domicilio en Jerez siguen a cero. Las 450 trabajadoras de la concesionaria municipal Acasa continúan sin cobrar las tres últimas nóminas y ayer anunciaron que ampliarán los paros en el servicio. La huelga se mantendrá hasta el 31 de enero, aunque la presidenta del comité de empresa, Encarni Barrios, advierte que no se descartan más paros si las Administraciones no dan salida al conflicto.

Estas operarias cobran tarde y mal desde hace tres años, pero ha sido en el último semestre de 2011 cuando los impagos se han acumulado y la plantilla se ha echado a la calle. Casi un centenar de las trabajadoras cortaron ayer la N-IV a su paso por Jerez durante 30 minutos. Exigieron, bocina en mano, cobrar por lo trabajado. La situación es desesperada para este colectivo de mujeres. La inmensa mayoría de las operarias debe varios recibos de luz, agua o hipoteca; mientras que a algunas ya las han desahuciado.

El conflicto está bloqueado. La Junta de Andalucía ha pagado la totalidad del servicio en 2011 y no debe hacer una nueva liquidación hasta el primer día de febrero. El Ayuntamiento de Jerez repone ahora el desvío de 1,7 millones de euros que hizo el anterior gobierno socialista de los fondos de la ley de dependencia para abonar los salarios de la plantilla municipal y no cuenta con más recursos para afrontar las nóminas.

Ante el colapso financiero, la alcaldesa de Jerez, María José García Pelayo, del PP, pidió ayer por escrito a la consejera de Bienestar Social, Micaela Navarro, que emita ya la resolución de la financiación de la ayuda a domicilio correspondiente al primer semestre del año. Con ese documento, el Consistorio tratará de negociar con los bancos un anticipo del dinero que permita saldar los salarios de las trabajadoras. "Esperemos que la Junta sea sensible y nos remita a la mayor brevedad la resolución", afirmó Pelayo.

No es el único conflicto abierto en Jerez. La ciudad sufre la segunda semana de huelga en el transporte de la zona rural. A esto se suma el apagón de farolas en varios barrios y calles ante la falta de recursos de la concesionaria municipal para reponer las bombillas. El Ayuntamiento debe a la empresa de alumbrado público otro millón de euros desde hace casi dos años.