La aventura de María de Sanabria
Una novela recuerda una expedición de mujeres a América en el siglo XVI
María de Sanabria encabezó una de las expediciones más singulares de las que se dirigieron a América en el siglo XVI. Esta joven noble sevillana se embarcó junto a medio centenar de mujeres en una expedición que sufrió todo tipo de percances, desde temporales y enfermedades hasta ataques corsarios. Diego Bracco ha publicado recientemente la novela María de Sanabria en la editorial Nowtilus.
Bracco ha tomado como punto de partida un episodio histórico del que se ha escrito poco. María de Sanabria es en su novela una persona enérgica y valiente que marca su territorio en un mundo lleno de prejuicios contra las mujeres. Sevilla, Sanlúcar de Barrameda, Lisboa, Canarias y el Atlántico son los escenarios de una novela que describe una de esas empresas casi imposibles a las que se lanzaban los españoles del siglo XVI.
"La expedición tuvo escasas consecuencias políticas y militares porque fue una sucesión de desastres", señala Bracco. Un motín en Asunción del Paraguay está en el origen de la travesía. Los amotinados derrocaron a Álvar Núñez Cabeza de Vaca. "Como no se atrevieron a asesinarlo, lo enviaron encadenado a España. La Corona, que no desautorizó claramente a Cabeza de Vaca, nombró otro gobernador en 1547: Juan de Sanabria. Éste murió un año después. El nombramiento recayó en su hijo. Pero el hijo nunca fue al Río de la Plata. Fueron la viuda de Juan de Sanabria, las hijas y otro medio centenar de mujeres las que tomaron la iniciativa de ir al Río de la Plata", relata Bracco, que, nacido en Copenhague en 1959, reside en Sevilla. Profesor de Historia por el Instituto de Profesores de Uruguay y doctor en Historia por la Universidad de Sevilla, Bracco es autor de la novela El mejor de los mundos. Investigador del Museo de Antropología de Uruguay, Bracco está especializado en historia indígena.
"El Río de la Plata era un territorio apenas conocido en esa época. Había entre 300 y 400 españoles aislados en Asunción del Paraguay. Era toda la presencia española en 1550 en el Río de la Plata, que incluía las actuales Argentina, Uruguay, Paraguay, parte de Brasil y probablemente Bolivia", señala el autor. "Asunción era conocida como el Paraíso de Mahoma. Cada conquistador español tenía decenas de mujeres indígenas. No había otro centro poblado excepto Asunción del Paraguay", agrega. Precisamente, esta carencia de mujeres europeas fue decisiva a la hora de emprender la expedición. "La presencia de mujeres europeas era relevante para la Corona en cuanto a mantener una clase dominante de origen europeo en América. ¿Estas mujeres eran las mansas corderas que algún historiador ha dicho que se embarcaron temblando? A mí no me suena para nada que fueran así", dice Bracco, que, a partir de la escasa documentación sobre el asunto, escribió la novela.
"De las tres naves de la expedición una se perdió en el mar y no se sabe qué pasó con ella. Las otras dos se hundieron apenas llegaron a las costas de Brasil. Y llegaron por separado porque las dispersó un temporal. Antes las atacaron corsarios franceses en el golfo de Guinea. Las dejaron seguir. En la expedición había unas 50 mujeres y, como mínimo, un centenar de hombres", añade. La novela se centra en la infernal travesía por el Atlántico.
María de Sanabria era muy joven. En mi novela es alguien que sabe usar todos los recursos de una mujer joven, inteligente, bella, educada... Es una mujer capaz de aprovechar esos recursos para superar las limitaciones que la sociedad de entonces imponía por el género. Me imagino a mujeres perseguidas o mujeres conflictivas en la expedición. Podían estar perseguidas por el hecho de que se dudara, por ejemplo, de la honestidad de la conversión de su padre al cristianismo. También estarían mujeres sin dote que difícilmente podían aspirar en la Sevilla del siglo XVI a ser las amantes de un religioso o un caballero de nivel medio. En cualquier caso, debían de ser mujeres con afán de aventura y curiosidad", afirma Bracco. "Siempre ha habido personas capaces de luchar contra las limitaciones injustas que su propia sociedad les impone. En un contexto absolutamente desfavorable intentaron llevar adelante su expedición. Fue, que yo sepa, la única expedición de mujeres de esa época", asevera.
María de Sanabria establece en la novela una alianza estratégica y secreta con Cabeza de Vaca. "Una vez que fue derrocado en Asunción, Cabeza de Vaca fue enviado a España. Cabeza de Vaca estuvo los años siguientes en pleito con la monarquía. Conjeturo que la Corona ni lo desautorizaba, pero tampoco lo autorizaba. Hay que tener en cuenta que si la Corona decía que lo habían derrocado ilegítimamente, tendría que reponerlo en el cargo. Dónde y cómo pasó Cabeza de Vaca los años siguientes es un misterio entre los historiadores. A efectos de la novela, Cabeza de Vaca y María de Sanabria tuvieron un vínculo estrecho afincado en intereses comunes", concluye Bracco.
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