Recortes sociales contra Arenas
El PP planea contrarrestar la ofensiva del PSOE con cifras y el cobijo de Rajoy
Para Javier Arenas lo que hacen y dicen sus compañeros de fuera de Andalucía ha sido siempre un motivo de desazón. Los socialistas han usado sistemáticamente este arma contra el líder del PP andaluz para desacreditar sus propuestas e intentar poner al electorado ante el espejo de la práctica real de la política de los populares. El diario de sesiones del Parlamento está lleno de referencias a las comunidades de Valencia y Madrid, buscando permanentemente el contraste entre las medidas que anuncia Arenas y la gestión de los suyos.
Y ahora más. Con un aguacero de encuestas adversas que hablan del triunfo aplastante de Mariano Rajoy en las elecciones generales y el fuerte retroceso del PSOE en Andalucía, el empuje se ha triplicado, y los socialistas repiten en cadena, como si se tratara de un eco, que el PP ha empezado a "enseñar la patita", que ha echado mano de la "motosierra", y arrojan encima del popular los recortes en Madrid, Castilla-La Mancha o Galicia.
A los populares les inquieta el descontento del colectivo de docentes
Especialmente ilustrativos han resultado los tijeretazos en la enseñanza pública en comunidades gobernadas por el PP que, además, han derivado en un sonado conflicto social. De momento, los efectos de la proyección negativa se dispersan por toda España. Debido a la proximidad electoral, perjudican fundamentalmente a Rajoy, cuya campaña está diseñada sobre la premisa de la ausencia de polémica. No obstante, la confianza en la victoria es tal que la repercusión en los cenáculos populares apenas llega a ser una ligera incomodidad.
El PP andaluz sostiene oficialmente que lo vive igual. Que la ofensiva de José Antonio Griñán con los recortes era algo "previsible", que es lo único que tiene y que con eso no va a ir muy lejos. Sin embargo, las circunstancias son distintas, pues mientras que para la cita con las generales faltan dos meses, para las autonómicas quedan seis. Un largo semestre en el que al PSOE le da tiempo de pasear no solo los ajustes sociales de las autonomías y los Ayuntamientos, también las decisiones sobre la crisis que habrá de adoptar Mariano Rajoy si alcanza el Gobierno.
Prueba de que los tiempos y contextos son diferentes (y que el PP andaluz lo sabe), es que su plan no es precisamente quedarse de brazos cruzados. "Vamos a sacar los recortes de la Junta uno a uno", anuncia un dirigente, quien ofrece como ejemplo que en el pleno de la Cámara de esta semana van cinco cuestiones sobre el espinoso asunto. En la siempre calculada y habilidosa estrategia de comunicación del equipo de Arenas hay diseñada casi una denuncia diaria de la merma en derechos sociales, acompañada de un galimatías de cifras que el PSOE tiene que salir a desmentir cuando los titulares están ya en la calle.
El PP ha obtenido una enorme ventaja con la Ley de Reordenación del Sector Público de la Junta, que incendió la Administración y sacó este año a la calle a miles de funcionarios. Tanto Griñán como sus consejeros tuvieron que sortear los abucheos y pitadas en plena campaña de las municipales, y el desgaste se dejó ver después en las urnas: Juan Ignacio Zoido batió marca el 22 de mayo con una mayoría absoluta apabullante en Sevilla, donde los empleados públicos rondan la cifra de 15.000. "La reducción de profesores en Madrid puede acabar con el filón, los docentes son muy puntillosos. También podría extenderse a los sanitarios", apunta un miembro del PP, quien alude a la carga al unísono de sindicatos y profesores contra las declaraciones de Esperanza Aguirre cuestionando la gratuidad de la enseñanza en todos los tramos, una reflexión de la que luego se desdijo.
Y es que es Aguirre, sobre todo, la que más dolores de cabeza ha dado históricamente a Arenas con sus comentarios despectivos de Andalucía (aunque no solo ella). En la hemeroteca hay decenas de observaciones chirriantes de dirigentes foráneos, que el líder del PP se ha visto obligado con frecuencia a condenar, si bien a veces se ha hecho el sueco y ha pasado de largo.
En esta ocasión no hay ofensas a la dignidad de Andalucía, pero sí argumentos y medidas que hacen saltar por los aires el mensaje que Javier Arenas quiere que cale: no pasa nada porque gobierne el PP. Repite machaconamente que los pilares del Estado del bienestar no se van a tocar, a sabiendas de que al electorado le preocupa mucho perder derechos sociales, pese a que ya no funcionen las antiguas arengas de ¡ahí viene el PP y su guardia mora!
"Esperanza Aguirre sigue existiendo y eso no lo podemos evitar", señala un dirigente de la directiva, quien añade: "Juega a nuestro favor, sin embargo, que vamos a estar muy arropaditos con Mariano [Rajoy]". Se refiere a que en los cuatro meses que separan las generales de las autonómicas cuentan con el apoyo de Rajoy y su futuro Gobierno. El PP andaluz da por hecho que no ocurrirá como en 1996, cuando la financiación autonómica y el censo de la era Aznar acorraló al partido y alimentó el frente reivindicativo abanderado por Manuel Chaves. No en vano Arenas es hoy el hombre fuerte de Rajoy.
Frases explosivas
- Esperanza Aguirre: (Sobre el subsidio agrario): "El Gobierno se ha ido a Sevilla para utilizar el dinero de los contribuyentes y dar pitas, pitas, pitas".
- Dolores de Cospedal: "Con un Gobierno del PP los andaluces ya no van a tener que irse fuera a buscar trabajo".
- Ana Mato: "Los niños andaluces son prácticamente analfabetos. Es que es verdad".
- Mariano Rajoy: "El término realidad nacional [en el Estatuto de Autonomía] es un cachondeo"
- Alejo Vidal-Quadras: "Blas Infante era un cretino integral, el más tonto de España. Era un payaso, vamos".
- Jaime Mayor Oreja: "Con el Estatuto de Autonomía se abre la puerta al fenómeno islamista".
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