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Desarticulada una red que explotaba a mujeres de Rumania y Brasil

La organización proxeneta era extremadamente violenta con sus víctimas

Agentes del Cuerpo Nacional de Policía han desarticulado una banda de proxenetas que explotaba a mujeres brasileñas y rumanas en locales de alterne de Córdoba, Sevilla y Málaga. Las mujeres, que vivían en la miseria en sus países de origen, eran captadas por un matrimonio que les prometía un trabajo en España y mejores condiciones de vida. Pero lo que encontraban era una red que abusaba de ellas, obligándoles a ejercer la prostitución para pagar una supuesta deuda -que nunca era saldada- por los gastos del viaje y la manutención. En total, han sido detenidas 13 personas, nueve en la provincia de Málaga y cuatro en Córdoba. Otras tres han sido imputadas de diferentes delitos. La policía considera que la red de proxenetas estaba liderada por la llamada banda de Los Cortés.

Las obligaban a prostituirse en locales de Córdoba, Sevilla y Málaga
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4.800 mujeres fueron asistidas como víctimas de prostitución

La investigación se inició en diciembre. La policía recibió las denuncias de varias mujeres que dijeron ser víctimas de explotación laboral por la red. Las primeras averiguaciones apuntaban a que la red disponía de varios clubes de alterne en las provincias andaluzas de Córdoba, Málaga y Sevilla. Su administrador único era un ciudadano español. En estos establecimientos se coaccionaban a las mujeres para que se prostituyeran. El administrador actuaba siempre asociado a su mujer. Ambos, afirmó ayer la policía en un comunicado, lideraban la organización.

El matrimonio realizaba continuos viajes a Brasil y Rumania para captar a sus víctimas entre las mujeres que presentaban un mayor estado de necesidad. Bajo falsas promesas de trabajo en el sector servicios, las convencían para trasladarse a España. Todos los gastos que generaban, como el viaje, la comida y el hospedaje corrían a cargo de la organización. Y, como en la mayoría de redes de este tipo, esos gastos eran la excusa para inventarse una deuda que tenía que ser saldada con la prostitución.

Pero lo que más ha llamado la atención a los investigadores de este caso es la extrema violencia que los proxenetas ejercían contra las mujeres. Las mujeres sentían un fuerte temor hacia sus explotadores, que las coaccionaban y amenazaban con causarles daños a ellas o a sus familias en sus países de origen si no devolvían la deuda contraída. Deuda que, además, nunca se acababa de pagar debido a la generación de nuevos gastos y multas por no cumplir las normas de la organización. Todo ello ha dificultado mucho la investigación de la policía.

Cuando las víctimas se encontraban en España, eran trasladadas por los proxenetas hasta una nave industrial de Córdoba en la que vivían hacinadas hasta que lograban facilitarles documentación falsificada. De forma paralela, se constató que el grupo desarticulado había creado un complejo entramado de empresas carentes de actividad, que eran utilizadas para blanquear los beneficios ilícitos y solicitar fraudulentamente ayudas estatales, simulando su falta de beneficios.

Una vez que se dispuso de los datos suficientes, se planificó una operación policial que se desarrolló de manera simultánea en las tres provincias. Se registraron dos clubes de alterne, tres domicilios de los responsables de la red y la nave en la que vivían las mujeres. Los investigadores decomisaron abundante documentación contable de las empresas, así como gran cantidad de billetes de avión con destino a los países de origen de las víctimas de la red.

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