Chano Domínguez sintetiza jazz y flamenco en 'Oye cómo viene'
El pianista gaditano estrenará una obra en el Lincoln Center de Nueva York
Chano Domínguez, pianista gaditano de 42 años, tiene un secreto por el que le envidian grandes jazzmen como el trompetista Wynton Marsalis, Paquito D' Rivera o Jerry González. "Ellos se mueren por entender las claves de bulerías, alegrías o tanguillos que son la base de mi música. Yo les enseño sin problemas, pero no todo el mundo lo puede hacer. Es una cuestión de arte", explicó ayer en Sevilla este músico y compositor que sintetiza como nadie el jazz y el flamenco. Chano Domínguez acaba de editar Oye cómo viene (Lola! Records), su séptimo disco en solitario.
Chano Domínguez, que hace dos años dejó Cádiz y se instaló en Barcelona, lleva más de una década fusionando los ritmos flamencos con el jazz y el matrimonio funciona. Ambas músicas se dan la mano en obras tan celebradas como Directo-Piano solo, una grabación de 1998 por la que ha recibido numerosos premios; o la película Calle 54 de Fernando Trueba, un retrato del jazz latino en el que Chano Domínguez aparece junto a Wynton Marsalis y Herbie Hancock.
El pianista, que acaba de editar Oye cómo viene, presentará los once temas del álbum el 11 de marzo en el teatro Central de Sevilla dentro del ciclo Flamenco viene del sur. Domínguez actuará con su septeto del que forman parte entre otros Pablo Martín (contrabajo), Blas Córdoba El Kejío (cante) y Pablo Martín (contrabajo).
"Lo que hago es una fusión de músicos, más que de músicas. Me considero un pianista de jazz que ha nacido en Cádiz y eso me da la oportunidad de interiorizar ritmos y cadencias, algo que no tienen otros intérpretes. Es lo que me permite ser diferente, tener una luz propia", comenta el pianista quien asegura que su decisión de trasladar su residencia a Barcelona no tiene nada que ver con lo artístico. "Me he pasado 40 años en Cádiz. Allí he desarrollado toda mi carrera. No falta dejar Andalucía para trabajar".
Además del jazz, Domínguez ha coqueteado con la copla en un disco titulado Coplas de madrugá que grabó en 1995 junto a la cantante Martirio; con la canción cubana como demostró grabando boleros de la compositora cubana Marta Valdés en Tú no sospechas. Este álbum ha sido el único que ha producido él mismo, algo que no había hecho nunca con su propia música.
"Siempre estoy buscando. Me gusta descubrir y, en ese sentido, soy muy inquieto. Cuando llevo cierto tiempo haciendo lo mismo comienzo a huir, porque me gusta disfrutar con lo que hago", comenta el pianista, quien está trabajando en la pieza que estrenará el próximo día 13 de febrero en el Lincoln Center de Nueva York con el trompetista Wynton Marsalis.
"Es un concierto en el que tocaremos con Marsalis, quien también estrenará una pieza, y la Orquesta del Licoln Center. Mi obra todavía no tiene título, pero es una suite en la que hablo del camino musical que conecta Cádiz y Nueva Orleans, un camino que es de ida y vuelta", adelanta el músico.
"El flamenco se ha enriquecido los últimos años de una forma natural. Durante casi un siglo había estado encerrado en las familias, se transmitía, casi sin cambios, de padres a hijos. Con las nuevas tecnologías ha cambiado todo. Ahora los hijos de los flamencos más puristas se suben al escenario con una guitarra eléctrica, mezclan sus ritmos con los del jazz, el pop o el rock y llegan a todos los rincones del mundo", dice.
Y de aficionados al flamenco en cualquier rincón del mundo sabe mucho Domínguez porque se los encuentra en giras como la del año pasado, con 12 conciertos, en los Estados Unidos. El pianista gaditano tocó junto a Paquito D'Rivera, Elianne Elias y Giovanni Hidalgo con el espectáculo Calle 54. "El flamenco hoy en día no tiene porqué tener complejos, es una expresión artística reconocida internacionalmente de la que tenemos que sentirnos muy orgullosos, hasta ha llegado donde nunca soñó: el Teatro Real de Madrid", añade.
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