La CHG expedienta a una mina por hacer sondeos que dañan un acuífero

La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) anunció ayer la apertura de un expediente sancionador por falta "muy grave" contra la compañía minera Cobre Las Cruces por haber realizado sin autorización una veintena de sondeos en el interior de la corta a cielo abierto que construye en las localidades sevillanas de Guillena, Gerena y Salteras que han afectado al acuífero Niebla-Posadas, que atraviesa el subsuelo de la explotación minera.

Los responsables de la cuenca del Guadalquivir están revisando las condiciones de la autorización concedida a la compañía filial del grupo canadiense Inmet Mining para la que se considera la mina a cielo abierto más grande de Europa.

Según anunciaron ayer el presidente de la CHG, Francisco Tapia, y el comisario de aguas, Javier Serrano, el expediente califica los 20 sondeos detectados como falta "muy grave" lo que podría suponer una sanción de hasta 600.000 euros a la compañía minera, dado que estas perforaciones contaminaron "levemente" al acuífero. La CHG decretó paralelamente al expediente la paralización de los trabajos de sondeos en el interior de la corta, que este organismo sellará subsidiariamente el próximo viernes si no lo hace antes la empresa. La Confederación ha exigido a la empresa que aporte "un sistema alternativo" para solventar este problema en un periodo de alegaciones que finalizó ayer.

Precisamente, el descubrimiento de esos sondeos ha tenido lugar durante una de las inspecciones periódicas que tanto la CHG, como la dirección general de Minas y los técnicos de Medio Ambiente realizan a las obras de construcción de la corta de extracción de mineral y a las instalaciones de procesamiento de mineral que realiza Cobre Las Cruces. Estas inspecciones de la CHG han detectado asimismo un desequilibrio en el sistema de drenaje e inyección del acuífero Niebla-Posadas, que se sitúa por encima del yacimiento, y que fue condición impuesta por la CHG para la autorización del proyecto minero. Este sistema permite que la corta donde se va a extraer el mineral evite la entrada de agua del acuífero y mediante una especie de by-pass, devuelva el agua al sistema hídrico para que éste no se altere en su caudal ni se contamine.

Inmet Mining Corporation, la firma canadiense mayoritaria en el accionariado de Cobre Las Cruces, emitió ayer un comunicado en el que sostiene que su actividad "no está perjudicando al acuífero", por lo que está en desacuerdo con el expediente incoado, si bien no desmiente que haya realizado los 20 sondeos denunciados por la CHG en el interior de la corta.

Tras reiterar su compromiso con la protección del medio ambiente "al más alto nivel", la compañía afirma que el sistema implantado "ha extraído y reinyectado con éxito el mismo volumen de caudal circulante". La nota sí reconoce que la reinyección de agua "ha creado condiciones donde las aguas brotan de un modo natural". Los técnicos de la CHG han comprobado un "desequilibrio" entre los cálculos previstos por la empresa y las mediciones reales del acuífero, que supondría la pérdida de unos diez litros por segundo. El proyecto de Cobre Las Cruces supone una inversión de más de 480 millones de euros, y actualmente da empleo a 1.500 trabajadores, aún sin iniciarse la explotación.

El proyecto ha desatado numerosas críticas de las organizaciones ecologistas tanto en la construcción de la corta -de cuatro kilómetros de perímetro y 150 metros de profundidad- como del vertido de agua depurada procedente del proceso industrial, así como del uso de aguas residuales urbanas depuradas de la estación de San Jerónimo.