Astilleros de Sevilla prepara el cierre
Los sindicatos advierten del grave perjuicio de la clausura en el sector industrial - Los trabajadores anuncian protestas y demandan soluciones
Se acabó. La falta de financiación y las deudas han condenado a Astilleros de Sevilla, que solo cuenta con dinero para pagar las nóminas de este mes y que prepara su liquidación. Los sindicatos advierten de que con la clausura se le da un golpe mortal a un sector industrial que, solo en Sevilla, sumaba el pasado mes más de 400 despidos. Los trabajadores han anunciado un encierro indefinido para exigir soluciones. El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, ha prometido una salida para los 108 empleados que quedan en una factoría clave en Andalucía.
"Si esta industria cierra, será muy difícil que vuelva a abrir", lamentó ayer el secretario general de la Federación de Industrias de Comisiones Obreras, Enrique Jiménez, uno de los asistentes a la reunión de la noche del jueves en la que se comunicó el fin de la factoría. "Hemos intentado todo", afirmó el viceconsejero de Economía, Luis Nieto, ante los representantes sindicales, que recibieron la noticia como un "jarro de agua fría". Durante la reunión, los representantes de la Junta admitieron la imposibilidad de encontrar financiación para los 50 millones que precisan los astilleros para culminar los dos barcos que aún están en construcción, que tenían que haberse entregado el pasado año y a los que la empresa ha terminado por renunciar.
Astilleros, que está en concurso de acreedores desde octubre del pasado año, precisaba de estos 50 millones con urgencia y de otros 120 más para cubrir sus necesidades. A esta demanda de liquidez se unen unas deudas de 75 millones de euros, un calado insuficiente del río para hacer grandes buques y una competencia imbatible de otras factorías en el mundo, capaces de construir mucho más barato, aunque con menos calidad, según los sindicatos.
Astilleros de Sevilla buscó una salida privada hace cinco años, cuando Astilleros de Huelva, mayoritariamente de Rafael Gómez, se hizo cargo de la factoría. En 2009 entrega el primer buque contratado y construido por la nueva empresa, que considera que es viable. Sin embargo, un año más tarde la Junta admite que es imposible la inyección de ayudas y que es imprescindible un nuevo rumbo y un nuevo proyecto. Gómez cede la administración a José Luis Álvarez, ex director de Izar y de Navantia. Comienza una nueva hoja de ruta que ha tardado poco en demostrarse inviable. "No hay plan industrial y no hay plan económico", reconocieron ayer tanto fuentes sindicales como de la Junta.
Jiménez criticó ayer la "intransigencia financiera", a la que culpó también de la situación a la que se ha llegado. El sindicalista destacó que salvar astilleros es salvar también 1.000 empleos de la industria auxiliar.
El cierre abrió de inmediato un frente político. El alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido (PP), instó a la Junta (PSOE) a "reflotar los astilleros". Le contestó uno de los responsables del anuncio de clausura, Luis Nieto, quien acusó al alcalde de "absoluta deslealtad" por su "total falta de aportación" de soluciones.
El consejero de Empleo, Manuel Recio, admitió que la salida solo pasa por la iniciativa privada. Hasta cuatro grandes grupos han renunciado a hacerse cargo de la planta en los últimos años.
Fin de 67 años de historia
- 1944. El INI crea el astillero de Sevilla. La primera piedra se coloca en 1945 y una década después se bota el primer buque. La ciudad se amplía en torno a la factoría con la barriada Elcano.
- 1966. Fusión con Astilleros de Cádiz y grave crisis por falta de trabajo. Se crea una "zona de paro" con empleados inactivos.
- 1970. Huelga. Se exigen 172 pesetas de salario (1,03 euros). Hubo 23 despidos por los que se ofreció a mediar el gabinete laboralista de Felipe González. En 1976, España está entre los cinco productores navales del mundo.
- 1998. La reconversión del sector reduce a la mitad los 2.430 empleos directos y 15.000 indirectos que llegó a tener la factoría.
- 2006. Privatización de Astilleros de Sevilla. En 2009, un administrador único dirige la planta. Se busca un grupo industrial. Un año más tarde, entra en concurso de acreedores.
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