Arte contemporáneo entre olivos
La muestra Scarpia ha organizado más de 120 creaciones en ocho ediciones
El Carpio es un pequeño pueblo de 4.500 habitantes, a 30 kilómetros de Córdoba. Rodeado de campos de olivar, su economía se centra en lo agrario. En definitiva, un paisaje que, en principio, se aleja del escenario esperado para un certamen de arte contemporáneo. Pero no es el caso, pues El Carpio lleva desde 2002 acogiendo las jornadas Scarpia, que recogen actividades artísticas, exposiciones, conferencias, talleres de creación contemporánea tanto en el contexto urbano del municipio, como en su entorno natural. En estos ocho años, se han desarrollado más de 120 intervenciones artísticas, además de un centenar de conferencias.
Este año, la temática de las jornadas se centra en el turismo. Personajes ilustres, evocaciones económicas, recreación de guías para visitantes. Todos los aspectos han sido sujeto de interpretación y creación artística. Así, la diseñadora Lara Lanceta, bajo la comisaría de Carmina Oltra y Gerardo Prieto, propone una reflexión acerca de cómo entes privados o públicos juegan con la historia para aportar, en ocasiones, sus propias dosis de fantasía en el imaginario público con fines turísticos.
Se puede ver a la mujer que puso rostro al billete de 100 pesetas
El pueblo agrario de El Carpio acoge desde 2002 obras de vanguardia
Las recreaciones de decenas de casas museo, supuestamente hogar de ilustres personajes, son ejemplos reales de este fenómeno. Con este punto de partida, Lanceta, Oltra y Prieto han jugado con uno de los reclamos de El Carpio: la figura de María Teresa López, la mujer que puso rostro al papel moneda de 100 pesetas desde 1953 a 1978, aquél ilustrado con la imagen de La Fuensanta, el cuadro del cordobés Julio Romero de Torres.
Desde ayer por la tarde, tecleando http://.scarpia2008.blogspot.com, cualquiera puede darse un garbeo por la primera casa museo virtual dedicada a la musa del artista. Eso sí, el museo es tan verdadero como un billete falso de 20 duros. Porque, ni la casa es verdaderamente la de María Teresa López -conocida como La Chiquita Piconera, el cuadro más famoso del pintor- ni la muestra es del todo real.
La web atesora fotografías, cuadros y elementos relacionados con la modelo enterrada en el municipio. Pero sólo de manera digital y en su versión de Internet. En su referente real, la casa es una más del pueblo, un lugar donde, en realidad, nunca vivió La Chiquita. En los días que dura Scarpia, de su fachada colgará una lona anunciando el nombre del museo ficticio, pero también la imposibilidad de pasar al interior si no por la Red.
La reflexión que acerca del turismo se hace en Scarpia no huye de lo económico. Buena prueba de ello es la creación del artista cordobés Jesús Pedraza que con su obra Un euro por bandera, sustituye la señera del municipio que ondea en lo alto de la Torre de Garci-Méndez -verdadero símbolo del pueblo- por sendos billetes por valor de cinco, 10, 20 y 50 euros de cinco metros de largo y tres de ancho, que van cambiando cada día.
La interacción de Scarpia con el pueblo que le acoge es absoluta. Si en su primera edición, los vecinos tomaban a aquella panda de locos artistas como la invasión "de una especie de secta de vándalos", como recuerda Miguel Ángel Moreno, director de las jornadas, hoy los vecinos están acostumbrados a que, doce días al año, en sus calles ocurran cosas raras. El Ambulatorio, como sigue siendo por todos conocidos, se convierte por estas fechas en verdadero cuartel general de los artistas participantes, tanto por aquellos consagrados que imparten sus conocimientos y muestran su obra, como por los alumnos (unos 40) que se matriculan en los distintos talleres que se organizan.
Ayer mismo arrancó el curso dirigido por el grupo La Más Bella, de la mano del artista y codirector de la publicación, Pepe Murciego. Bajo este nombre, se edita una revista artística que se aleja de los parámetros tradicionales, por ejemplo, en 3D.
Las páginas de sus revistas no están hechas de celulosa o píxeles, sino de objetos como tirachinas o huchas en forma de cerdito, por ejemplo. "Esas fueron las dos ideas que propusieron los alumnos de un taller que dimos en Chile.
Resumieron la identidad de su país en esos dos elementos: el tirachinas, como revolución; la hucha redonda, como sentimiento conservador, de ahorro. Unidos, uno y otro forman la palabra 'yo", explica Murciego. Algo parecido busca lograr en El Carpio, con los alumnos matriculados en su curso, bajo la temática del turismo.
El certamen, se cerrará el sábado 12 con una fiesta final, a las 22.30 en el palacio Ducal, con la actuación de la cantante Rakel Winchester.
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