La dictadura de lo 'mono'
Desde siempre, los desfiles de Andrés Sardà proponen prendas de baño para el día y la noche. La realidad, por tanto, poco importa aquí. Para el verano de 2010, la firma desempolvó un vademécum de tópicos de los cincuenta (rayas marineras estilo Capri), los sesenta (op art), los setenta (estampados psicodélicos y la era disco) y los ochenta (el strass) designado a "componer un vocabulario nuevo" que demasiadas veces resultó ininteligible. Donde decían Audrey Hepburn, a ratos se leía Madonna en La isla bonita. Con todo, el mensaje, simplificado, tenía su efecto: sus triquinis en lentejuelas o cristales Swarovski quizá sólo funcionen en manos tan adiestradas como las de esta veterana familia catalana.
El problema de Alma Aguilar es endémico a la mayoría de diseñadores de Cibeles: la dictadura de lo inofensivo. Lo mono. Lo olvidable. En el caso de la madrileña, lo único que separa su pretendida "costura de verano" de Zara son unas lujosas plumas naturales y una falda de papiroflexia. El caso de Roberto Torretta no es muy distinto: nada desentona en su colección de impecables vestiditos en punto de seda o raso de clara viabilidad comercial. Pero dan ganas de comprobar si es la misma colección que presentó hace seis temporadas.
Después de varias horas en Ifema es inevitable pensar que algo no funciona cuando la cuarta y la novena fila del público -terreno abonado a bloggers y estudiantes de moda- son más excitantes que la pasarela.
Un exabrupto en el audio (de The Breeders) advertía un cambio en la rutina. Hace años que Juan Duyos no es un joven diseñador, pero desde luego no forma parte del establishment. Y desde ese plácido limbo ha ido depurando gradualmente sus propuestas -a veces estrambóticas, invariablemente personales- hasta simplificar su tesis en cuatro ideas bien dibujadas. Con un sugerente juego de volúmenes (lo mejor de sus creaciones suele ocurrir alrededor de la cintura), declinó varios estampados tropicales retro hasta el delirio. Los ecos de Marni o Miu Miu no llegaron a cacofónicos: Juan Duyos tiene una voz propia en la moda española.
Además del homenaje a Elio Berhanyer, el día se completó con las propuestas de Antonio Miró (moda masculina relajada sin aditivos) y, ya en el off Cibeles (en el barrio Salamanca para más señas), de Carmen March .
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