Milhojas con 'efecto prozac'
Los hermanos Roca desarrollan un menú centrado en la influencia de los alimentos en los estados de ánimo
"Los aromas familiares y la nostalgia de recuerdos evocan promesas cumplidas, confianza e integridad. Es el lujo de los platos tótem, esos platos de convivencia, que cuecen lentamente, como la escudella de bacalao". Esta declaración de principios forma parte de una filosofía sobre la influencia de los alimentos en los estados de ánimo en la que trabaja el enólogo y maestro de sala Josep Roca. La comparte con sus hermanos cocineros Joan y Jordi en su restaurante El Celler de Can Roca (que se perfila como ganador de la tercera estrella según las quinielas de la próxima Guía Michelin en España) y la expondrá la próxima semana en el congreso San Sebastián Gastronomika.
Un acantilado vegetal firmado por Joan que sugiere un golpe de mar y de hierbas recién cortadas, el milhojas de acedera con jugos yodados, es "un plato para levantar los ánimos y provocar una actitud positiva". El jugo de ostras, la sal y el punto cítrico y balsámico de la acedera "fijan la sensación eufórica y vitamínica". Redondea la sensación alegre un vino Riesling joven, de "seducción aromática y acidez incisiva".
Un plato incitador a la alegría y a la celebración, con la compañía recomendable de un cava de larga crianza, es Anarquía. Se trata de un postre realizado por Jordi con más de 45 ingredientes distintos. "Una orgía de sabores, el máximo en el mínimo tiempo posible en tu paladar. Un viaje acelerado para compartir el asombro y la sorpresa. El juego es la magia", según Josep.
Los ingredientes de la emoción los suelen manejar también otros máximos representantes de alta cocina conciencia (y con ciencia) española. Carme Ruscalleda (única cocinera del mundo con cinco estrellas Michelin) publicó incluso un libro sobre ello: Cocinar para ser feliz.
"Siempre he creído que hay un enlace comida y estado de ánimo, no sólo por la situación o la celebración de un ágape, sino también por los contenidos de los alimentos que nos aportan energía positiva. El famoso cardiólogo Valentí Fuster asegura que está científicamente probado que, al admirar un plato cuando nos disponemos a comerlo, con el placer de la observación ya mejora nuestro sistema cardiovascular. Sumémosle que el plato contenga calidad. Es un chute de bienestar directo a la mente y el cuerpo", dice vehemente la chef catalana.
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