Hierven los 'blogs'
Igual que en otros muchos ámbitos, los entresijos del mundillo gastronómico también se han abierto a los blogs. A esos ciberespacios de comunicación donde bullen comentarios en torno a productos, tendencias, y -lo más frecuente-, el quehacer de cocineros y restaurantes. Su categoría cultural queda determinada por las editoriales de sus mentores, las mismas que luego suscitan reacciones en cadena entre quienes los visitan con asiduidad.
Bajo el auspicio de cocineros, periodistas o simples aficionados, en España crece el número de blogs culinarios alimentados por círculos de adictos que, salvo honrosas excepciones, se despachan con comentarios de escasa entidad.
Gallineros virtuales donde se protegen los cotilleos más ramplones en aras de la libertad de expresión. Lugares donde proliferan los críticos de generación espontánea que, con fundamento o sin conocimientos, se desahogan con alabanzas desmedidas o ataques injustificados sobre establecimientos en los que supuestamente han estado.
Cazadores de restaurantes como los califican David de Jorge y Hassier Etxeberría, responsables del blog (www.glotonia.com) que, amparándose en la impunidad que otorga el anonimato, dan rienda suelta a envidias ocultas o viejos resentimientos sin importarles sus vergonzosas faltas de ortografía o su sospechosa carencia de ecuanimidad. Algo así como una terapia de psiquiatra resuelta a golpes de teclado.
Lamentablemente, los debates útiles, promovidos por profesionales con conocimientos, son una minoría. Se trata de una nueva vía de comunicación entre círculos restringidos, que ha dado voz a quienes no la tenían y aspira a tener una influencia creciente en el futuro.
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