"Mi personaje es una criatura casi animal, como un cuervo"
De los best sellers que quedan por llevar de las librerías a la pantalla, Los pilares de la Tierra de Ken Follett era, tal vez, el más esperado. Publicada en 1989 y ambientada en la turbulenta Inglaterra del siglo XII, la novela del escritor británico narra la historia a lo largo de 50 años de Tom, un constructor de escasos recursos que sueña con levantar una catedral. El romance, la aventura, el suspense y las intrigas se mezclan hasta formar una obra cautivadora.
Cuatro estrena esta noche (22.30) la serie del mismo nombre, producida por los hermanos Ridley (Blade runner, Gladiator) y Tony Scott (El último boy scout, Enemigo público), e interpretada en sus principales papeles por Ian McShane, Donald Sutherland y Rufus Sewell. Se rodó durante 113 días en Hungría y Austria, y condensa las 1.300 páginas del libro en ocho horas.
"En la serie ganan los buenos, aunque eso rara vez pasa en la realidad"
McShane (Blackburn, Reino Unido, 1942), conocido por su participación en la serie de HBO Deadwood, ambientada en el lejano Oeste, o por haber intervenido en películas como Scoop, de Woody Allen, visitó Madrid para hablar de su personaje, el archidiácono de Shiring, que encarna el mal absoluto. Y también de la decadencia del cine.
Pregunta.¿Qué cree que aportará la serie a los lectores de Los pilares de la Tierra?
Respuesta. Son 1.300 páginas y aunque el libro es muy agradable de leer, el adaptador, John Pielmer, ha hecho un gran trabajo de síntesis. Se ha centrado en las relaciones entre los personajes y ha condensado el resto. El resultado es que la serie es más política que la novela. Mi personaje es un miembro de la Iglesia, que cree en la institución, pero podría estar en cualquier ámbito. En los negocios, por ejemplo. No está interesado en la gente. Está interesado en el poder.
P. ¿Dónde miró para interpretar a este pérfido personaje?
R. Lo que deduces del libro es que se trata de una criatura casi animal, como un cuervo. Aparece y desaparece y vuelve a aparecer. Tiene su propia agenda. Parece que está interesado en muchas cosas, pero solo está interesado en sí mismo. No quiere que se construya esa iglesia. Solo quiere que se construya su propio palacio.
P. ¿De dónde cree que viene la fascinación del público por la novela?
R. Vengo de Vitoria
[la serie fue presentada en el II Festival de Televisión y Radio Vitoria-Gasteiz] y no hay más que ver su catedral para darse cuenta de las increíbles fuerzas que tenían que confluir para llevar a cabo tales proyectos. Además, se trataba de una época muy violenta en la que estaba bien representada la lucha entre la Iglesia, o sea el poder, y la gente, que representaría la fe. Además, aquí ganan los buenos, aunque eso rara vez pasa en la realidad.
P. En las series actuales, ¿es más importante la calidad que las audiencias?
R. Por un lado, quieres que la serie tenga muchos espectadores, y, claro, las audiencias son importantes. Pero se trata de un libro que ha leído muchísima gente en todo el mundo, por eso la calidad, y en este caso el diseño de producción entre otros aspectos, es muy importante para el producto final.
P. Como actor, ¿prefiere la televisión o el cine?
R. La calidad en la televisión es mejor que la del cine. No tanto en Europa, pero sí en Estados Unidos. Puede que películas como la que estoy rodando ahora [Piratas del Caribe 3] tengan indudables cualidades en la producción, pero si lo que quieres es una buena historia, eso hay que buscarlo en la televisión.
P. Entonces, ¿no hay buenas historias en el cine?
R. Esto pasa desde hace años en Estados Unidos. Y también porque en series como The wire, Mad men, Deadwood... los escritores son los productores. Es decir, los jefes. En el cine, los estudios tienden a diluir esa autoría. Aunque es verdad que en la actualidad parece que las cadenas generalistas empiezan a apostar sobre seguro. Hemos pasado de comedias de situación a serie sobre vampiros o zombis. Parece que infravaloren a las audiencias.
P. Si pudiera producir su propia serie, ¿qué haría?
R. Me dio mucha pena que Deadwood se terminara.
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