Para pasar el rato
Dos películas divertidas, pero con escaso interés, para hoy, sábado, en la televisión. Se trata de dos falsas superproducciones, es decir dos intentos, en buena parte logrados, de gran espectáculo, pero montados sobre un presupuesto más bien mediano, lo que hace que los especialistas de la truca -aparato de laboratorio con el que se hacen, entre otros milagros, superposiciones de imágenes destinadas a dar apariencia de mucho dinero a producciones que se aprietan el cinturón- se conviertan en las estrellas de la película.El barón rojo está rodada en 1971 por el productor y director independiente norteamericano Roger Corman, especializado en filmes de terror, de poco presupuesto y mucha imaginación, algunos de los. cuales tienen indudable interés, como La máscara de la muerte roja, por poner sólo un ejemplo de filme del género terrorífico que se acerca a las obras mejor conseguidas de la época clásica de Hollywood.
El barón rojo se emite hoy a las 16
05 por la primera cadena. Ha llegado el águila se emite hoy a las 22.50 por la primera cadena.
La película que hoy emite la televisión trata de la rara personalidad, las legendarias aventuras guerreras y la muerte del aviador alemán Von Richthofen, considerado en su país como héroe y vedette de la primera guerra mundial y terror de la aviación aliada. Corman tiene la experiencia, el sentido del espectáculo y los recursos de trucador suficientes para que, quienes vean El barón rojo, no se aburran.
Secuestrar a Churchill
El otro filme del sábado se titula Ha llegado el águila, y lo realizó en 1977 uno de los veteranos del cine norteamericano, John Sturges. Trata de una rocambolesca aventura de la otra, la segunda, guerra mundial: la -real o supuesta, lo ignoro- operación Aguila, por la que el alto mando militar nazi intentó secuestrar a Winston Churchill, primer ministro inglés.
Hay estupendos actores en el reparto, entre ellos Donald Shuterland, Robert Duvall, Michael Caine, Donald Pleasence y Anthony Quayle, intérpretes que por si solos, dado su muy afinado oficio y su capacidad de salir airosos de las escenas más desairadas, garantizan el destierro de los bostezos incluso del peor bodrio. Este filme es, aunque no el peor, sí un pequeño bodrio, pero las jetas de los citados actores le dan alegría, buen ritmo y una cierta gracia cínica.
El director Sturges es un cineasta irregular, que tiene en su haber películas olvidadas, pero también especialista en sólidos westerns, con filmes tan notables en su filmografía como Duelo de titanes, El último, tren de Gun Hill y Los siete magníficos.
También hizo Sturges películas bélicas con anterioridad a la que hoy emite la televisión, entre ellas Estación polar Cebra, que tiene imágenes guerrera muy originales, como el fastuoso desembarco en paracaidas entre las nubes polares, y la excelente La gran evasión, compuesta a un frenético ritmo de western y que es una de las mejores, más conocidas y más divertidas creaciones del difunto Steve McQueen.
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