El 'hooligan' te llama
Una agresiva campaña de Eurostar se mofa de los estereotipos británicos para atraer al viajero
Bruselas-Londres en 51 minutos. A la vuelta de la esquina, como quien dice, con la nueva conexión del Eurostar, el tren de alta velocidad que une ambas capitales. Los 51 minutos son una cifra real pero tiene truco: salir de Bruselas a las 8.56 significa llegar a Londres a las 9.47, porque se gana hora con el cambio horario. El viaje dura realmente una hora y 51 minutos en su trayecto exprés (hasta 11 minutos más con paradas), y con esos números ha hecho Eurostar una campaña en Bélgica con el eslogan: "Cuidado, Londres está a la vuelta de la esquina". La campaña recurre a estereotipos y personalidades británicas, emboscadas al otro lado de la esquina para dar una sorpresa al desprevenido viajero continental, representado por una anónima pierna.
Margaret Thatcher, John Mayor y Tony Blair, los tres primeros ministros británicos del eurotúnel, están a punto de pinchar un globo a la llegada del viajero; el actor John Cleese, tocado con el traje y el bombín que el tópico exige para la city, usa el mango de su paraguas para hacer caer a quien se acerca; Hitchcock espera con un espléndido cuchillo de cocina a la mujer de medias negras y rojos zapatos con tacón de aguja que llega a la esquina... y un hooligan, con su torso desnudo, cabeza rapada y la inglesa cruz de san Jorge pintada en la espalda, hace de hooligan: en versión brutal del Manneken Piss, el inocente niño meón que todo turista visita en Bruselas, el salvaje inglés lanza un poderoso chorro de orina sobre una taza de porcelana. Algunos ingleses se han resignado a la imagen que del país existe en el continente, pero otros han protestado y prometido que jamás se subirán en el "asqueroso" Eurostar.
Si en Bélgica, y salvo el provocativo hooligan, la campaña tiene un punto de blandura y de humor indirecto, en Francia se ha explorado otra vertiente más cerebral: un Hamlet a la inversa, en el que el esqueleto se plantea el "Ser o no ser" ante una cabeza del príncipe de Dinamarca; billetes de libras esterlinas en los que el rostro de Isabel II ha sido sustituido por el del actor de Mr. Bean; soldados de la reina ceden su puesto de guardia a un teletubby... y en escena entra también otro tipo puramente inglés. El punk que antaño decía "No future" (No hay futuro) ahora muestra un cartel con la palabra "Future". Si a los belgas se les vende Londres como más de los mismo, con un punto de riesgo, a la vuelta de la esquina, a los parisienses el eslogan de la campaña les anuncia que "Londres está cambiando".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.