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Televisión

La crucifixión de la BBC irrita a los católicos

'La Pasión' muestra a Jesús clavado por los brazos y en posición fetal

En su ambición por trasladar los últimos días de Jesús a las audiencias contemporáneas, la BBC ha logrado irritar a los sectores cristianos más tradicionalistas al subvertir la representación clásica de la crucifixión en una versión televisiva. El programa La Pasión, una serie de cuatro capítulos que la cadena pública estrenó anoche, ofrece la imagen de Cristo con los brazos en alto clavados a la cruz -no las manos- y las piernas flexionadas.

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Diversos teólogos han cargado contra la emisión por "reinventar" la narración bíblica y "engañar deliberadamente" al público, pero sus responsables aseguran haberse apoyado en un intenso trabajo de investigación para brindar esa versión alternativa.

El productor de diseño Simon Elliott tomó como referencia el descubrimiento de un esqueleto crucificado cerca de Jerusalén en 1968, el único hallazgo arqueológico de este tipo y que presentaba la misma posición reproducida ahora por la BBC. "Los romanos crucificaban a la gente de distintas formas, y este método era uno de los más extendidos y eficaces", corrobora el profesor de religión de la universidad de Duke, Mark Goodacre, que ha ejercido de asesor del programa.

El argumento es denostado desde foros que, como la Sociedad Eclesial o la Voz Cristiana, denuncian que la corporación pública se tome esas libertades en aras de una mayor audiencia, "distorsionando los hechos y a costa de despreciar el significado que encierra la imagen tradicional de Jesús crucificado". Esta última organización llevó a los tribunales a la corporación pública -sufragada por el contribuyente británico- por emitir en 2005 el musical Jerry Springer-The Opera, tildado de irreverente y blasfemo, pero perdió su batalla legal.

Rostros muy populares entre el público británico integran el reparto de La Pasión, encabezado por Joseph Mawle en el papel de Jesucristo. El actor inglés tiene una sólida carrera a sus espaldas, pero es especialmente conocido desde que prestara su imagen a la campaña publicitaria de la cerveza Guinness. Le acompañan James Nesbitt y Paul Nicholls -ex protagonista del culebrón televisivo Eastenders- en los papeles respectivos de Poncio Pilatos y Judas Iscariote.

Estos dos personajes son en cierto modo exonerados en la película, que pretende explicar la "verdadera" razón de sus acciones. Judas aparece así retratado como una figura compleja y dividida entre sus lealtades, que finalmente se decantan hacia Caifás, el influyente sumo sacerdote judío que entregó a Jesús a Pilatos.

"Al margen de la presión que la gente sufriera en aquel tiempo, el hecho sigue siendo que Judas, Poncio Pilatos y Caifás enviaron a un hombre inocente a la muerte", ha replicado el director de la Voz Cristiana, Stephen Green, indignado ante esa "comprensión" que brinda el guión de Frank Deasy (ganador de un premio televisivo Emmy).

No todo han sido disensiones. El obispo católico de la diócesis de Arundel y Brighton, Kieran Conry, se declara encantado con una emisión que confiere a los protagonistas de La Pasión "una vertiente más auténtica y humana".

El prelado felicitaba ayer desde las páginas de la prensa a la BBC por abordar la historia religiosa en horario estelar y a pesar de los tiempos de "intolerancia" que corren.

Su veredicto entronca con el de los sectores de las Iglesias católica y anglicana que alaban el esfuerzo por traducir el Evangelio al público de hoy. Ellos fueron quienes, hace dos años, apoyaron y colaboraron en una peculiar procesión de Semana Santa, concebida por la televisión pública en las calles de Manchester al ritmo de las canciones de destacados grupos de pop, como Oasis o The Smiths.

Una licencia que, a decir del portavoz de la Iglesia anglicana Gillian Oliver, "nos permite traducir nuestro mensaje a un nuevo lenguaje que aborda la historia sagrada en términos actuales".

Nacho Catalán / EL PAÍS

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