_
_
_
_
Crítica:El cine en la pequeña pantalla
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Vitriolo sobre el Oeste

Uno de los pocos cineastas de fuste indiscutible que quedan en activo en el cine norteamericano actual -esa sombra raquítica de lo que este cine fue- es Arthur Penn. No es el momento, ni Pequeño gran hombre la película más adecuada, para extenderse en los recovecos, que son muchos y muy intrincados, de su compleja personalidad. Pero, en cambio, este filme nos sirve para observar una de las peculiaridades más evidentes de este director: su capacidad para innovar dentro del marco de las tradiciones más rígidas de Hollywood y para hacer de las convenciones genéricas un vehículo de expresión muy personal.Al igual que en Missouri y El zurdo, sus otros dos westerns en sentido estricto -en La jauría humana y Bonnie y Clyde hay elementos del género, pero combinados con otros de otras procedencias-, en Pequeño gran hombre la convención genérica se conserva intacta y en él es posible encontrar casi una antología de los ritos, fórmulas, situaciones y hasta tópicos del western clásico. Y, sin embargo, Penn les da la vuelta a todos y cada uno de ellos, como si fueran sacos, de tal manera que la fárma narrativa establecida, la convención, conserva todas sus piezas, sólo que en orden invertido, vistas en negativo.

Pequeño gran hombre se emite hoy a las 22

30 por la primera cadena.

De esta forma, Penn, aun ateniéndose escrupulosamente a los mitos del Oeste, los disuelve, como quien coge por el rabo y destapa las vergüenzas ocultas de las viejas cosas sagradas. Este iconoclasta amargo y cáustico, en Pequeño gran hombre parece haber revelado con vitriolo el mismo celuloide que otros acostumbran a revelar con agua de rosas. Y el filme resultante, aun con fallos en la estructura del guión, que tiene graves caídas de ritmo y algo dispersas y descuidada! las líneas de atención e interés, es uno de los monumentos críticos más punzantes del cine norteamericano moderno.

Penn pasa lista en Pequeño gran hombre a los múltiples temas de la mitología del western, pero no destruye a este como género, lo que da una idea de la fortaleza y elasticidad de esta forma narrativa, la más antigua del cine y siempre, de tiempo en tiempo, la más fresca, cuando algún cineasta de talento la recupera de sus cenizas. Con un Dustin Hoffman en estado de gracia, Penn le echa un jarro de ácido negro a la colorista aventura de los pioneros, los colonos y sus gendarínes del Séptimo de Caballería.

Respecto de este último, el baño de vitriolo de Penn sobre la legendaria figura del general Custer no tiene desperdicio. El filme divierte y emociona, tiene gracia y energía narrativa por encima de sus debilidades de fondo, casi todas provenientes del guión de Calder Willingham, y ofrece uno de los balances más duros y amargos que ha dado esa eterna mirada del cine norteamericano sobre el sangriento parto de la nación que le hizo posible.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_