Pacífico
La intensa campaña promocional que ha precedido el estreno en Canal + de la serie The Pacific no trataba tanto de multiplicar la audiencia como de fortalecer la marca de la cadena. Aún más, después del fracaso de audiencia que la serie Perdidos cosecha en su salto a Cuatro, el futuro señala hacia los canales de suscriptores como los únicos que van a poder volcarse en series de alta calidad. Un poco a la manera de los Estados Unidos, donde casi toda la ficción imprescindible está producida por canales de pago, aquellos en que los suscriptores sostienen la marca de la cadena, más allá de un título en concreto. Allí también es American Idol, versión de Operación Triunfo, el modelo de éxito: recauda una media de seis millones de euros en publicidad por cada media hora de emisión.
Los 200 millones de dólares de presupuesto que la publicitan como la serie más cara de la historia convertían a The Pacific en la apuesta ideal para poner a funcionar el bombo y el platillo. Emitido el primer capítulo, apenas horas después de su estreno en HBO, la serie comparte con su antecesora, Hermanos de sangre, la línea narrativa. Tres testimonios reales de veteranos de bajo perfil guían hacia el espíritu de camaradería del pelotón. Violencia gráfica y renuncia al análisis de estrategias generales o visión histórica para centrarse en el desamparo individual de los feroces combates.
Esa ironía en los términos cercana al oxímoron que fue la guerra en el Pacífico nos va a ser contada en asaltos a pequeñas islas desconocidas, que amanecen repletas de cadáveres flotantes tras la matanza. Rodada en Melbourne, con decorados en estudio de Anthony Pratt, los promotores principales, Spielberg, Hanks y Goetzman, provocan desconcierto al arrancar en una iglesia y un discurso patriotero y, sin embargo, eludir el entrenamiento o la decisión de entrar en guerra. Tim Van Patten, que rodó 20 episodios de Los Soprano y trabaja en Boardwalk empire, el megaproyecto de Scorsese para HBO, dirigió el primer episodio. Aún no asoma el dibujo de personajes y la riqueza emocional de la película de cabecera de Steven Spielberg sobre el asunto, No eran imprescindibles, joya de John Ford. Esperemos que el desembarco de estos 10 episodios nos aproxime a aquella experiencia.
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