O3b
Más allá de tu estrategia represiva y de tu manipulación zafia, zafio césar, muy por encima de tus ejércitos de lujo y de tus guardias pretorianas compradas por el miedo y cuatro monedas sucias, fuera del alcance de tu violencia ciega consagrada por los siglos absolutos de dominación estéril, pobre autócrata, allí donde no llega tu mano de hierro ni tu imaginación de insecto, mucho más allá del alcance de tu mirada turbia va a propagarse una fuerza contra la que no sabes luchar y sobre la que no sabes nada ni lo sabrás nunca, pobre idiota elegido por la historia para ser el último de tu especie, qué pena das.
Una fuerza que ha costado 10 milenios generar desde la ignorancia y 4.000 millones de años construir desde la nada química, pero que solo va a costar una décima de segundo derramar como pez hirviente sobre tu cara rugiente, una fuerza que caerá desde 8.000 kilómetros de altura y penetrará sin resistencia en la cabeza sedienta de cada uno de tus súbditos, impermeable a tu tosca censura y a tu desinformación grosera. Es la fuerza del conocimiento, estúpido, y ya no vas a poder detenerla. Nunca más, ¿entiendes?
Así de ingenua y poderosa es la intención de un proyecto llamado O3b ('other 3 billion'), tradúzcase por "otros 3.000 millones", que es tanto como la mitad de este mundo de más de 6.000 millones de habitantes. La media humanidad a la que hoy no llega Internet, ni la línea de teléfono en muchos casos. Un enjambre de 20 satélites de bajos vuelos, que viajarán muy por debajo de la saturada órbita geoestacionaria preferida por las telecomunicaciones actuales. No es una utopía, ya no. Los primeros ocho satélites tienen ya fecha de lanzamiento a lo largo de 2013.
Producto de la iniciativa de la Sociedad Europea de Satélites -que muestra con ello, por cierto, mucha más agudeza política que nuestros representantes en Bruselas— y empresas como Google, Liberty Global y el banco SHBC, O3b puede convertirse en una trascendental herramienta de liberación. Cuando Internet -es decir, el conocimiento— alcance por satélite a las zonas de sombra del planeta, nadie va a poder convencer a la mitad oprimida del mundo de la conveniencia de permanecer sumisa, ni de las ventajas que ofrece la ignorancia. Un saber caído del cielo electrónico les hará libres. Así sea.
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