La trama se hizo con los proyectos de albergues para este Año Santo
Una vez que la Consellería de Cultura que dirigía Ánxela Bugallo denunció -hace ahora un año- a la fiscalía las prácticas corruptas en adjudicaciones, uno de los presuntos cabecillas de la trama, el ex restaurador de Patrimonio Carlos Gómez-Gil puso tierra de por medio y emigró a Cartagena. Con él fuera de la Xunta, a la red se le empezaron a poner cuesta arriba los contratos para rehabilitar arte sacro, su principal objetivo hasta entonces.
Así consta en las conversaciones entre las firmas de restauración y el propio Gómez-Gil interceptadas por la policía. Desde su puesto como arquitecto de la Sociedade Pública do Xacobeo, José Manuel Pichel no tardó en ver una nueva vía de negocio en la adjudicación de los albergues provisionales que la Xunta preparaba para este Año Santo. Pese a estar inmerso desde hace meses en una investigación policial, la policía sostiene que Pichel siguió repartiendo a arquitectos y aparejadores de su máxima confianza los proyectos de dirección de obra de los albergues hasta el pasado diciembre.
La Consellería de Cultura reiteró ayer que lo apartó de los procesos de contratación en enero, cuando "tuvo conocimiento de su implicación". La consellería ha consultado a la Asesoría Xurídica de la Xunta para personarse en la causa.Los investigadores están convencidos de que la frase "os voy a repartir Galicia, os voy a dar una herencia de puta madre", pronunciada por el arquitecto del Xacobeo, José Manuel Pichel, en una conversación interceptada por la policía en septiembre, explica su plan para premiar a empresas y arquitectos amigos en el reparto de proyectos de los albergues que la Xunta preparaba para este Año Santo. Así lo prueban múltilples escuchas transcritas en la Operación Retablo.
Esta es la conclusión de la policía sobre los pinchazos practicados al móvil de Pichel, a quien el juez imputa los delitos de cohecho y tráfico de influencias: "Habla con los arquitectos a los que encarga proyectos para que no se pasen de una determinada cuantía con el fin de no sacar esas obras a licitación".
Quince minutos después de anunciar que va a "repartir Galicia", el mismo 29 de septiembre pasado, Pichel empezó a distribuir también por teléfono los proyectos del medio centenar de albergues provisionales de peregrinos que la Xunta pretendía habilitar para el Año Santo .
-Pichel: Mira, te voy a contar sucintamente una historia: he cogido todos los albergues de todos los caminos, los he repartido entre uno, dos, tres, cuatro, cinco aparejadores y tú, que tienes que hacer tres de ellos.
-Otro: Bueno ... ¿Y las adjudicaciones cómo las vais a hacer?.
-Pichel: No lo sé, vamos a tener primero los proyectos...
-Otro: Vale, yo te voy a hacer los proyectos de esos tres, ¿no?
-Pichel: Claro, tú esos tres los vas a hacer como Espina, eh, porque ninguno va a superar los 18.000 pavos, ¿de acuerdo?, o sea que búscate la vida porque son contrataciones directas.
-Otro: Vale, vale
-Pichel: Entonces no necesito andar con proyecto ni hostias.
El 18 de noviembre, a las 9.13 horas, Pichel vuelve a llamar a Paco, la persona a la que había prometido "repartir Galicia".
-Pichel: A ver cuéntame lo de los albergues, ¿qué pasa?
-Paco: Vamos a ver, las cifras que nos [...]
-Pichel: En Verín, vamos a ver, ninguno puede pasar de 58 [58.000 euros] porque si no, ya [sale]a licitación [...]
-Paco: Vale, si no...
-Pichel: Ya, eso ya quedó muy claro
-Paco: Por eso, sí había alguno que era de 45 por ejecución material, metiendo el 13 y el 6, nos vamos a 59.000, casi 62.000.
-Pichel: Bueno, pues ya sabes tú que no puede ser. Punto segundo, en el de Verín, ¿eso incluye la mampara de entrada?
-Paco: No.
-Pichel: Hostia, Pedrín. [...]
-Paco: Vale, pues entonces intento yo ajustar las que se pasan, ¿me has dicho 57.000?
-Pichel: 58, porque vamos a ver, no vamos a tener liquidaciones [...] Hay que llevar el tema perfecto, entonces, no se trata de hacer desaparecer partidas ni nada, sino que, si no se puede hacer toda la obra, hay que hacer menos obra, tener claro que hay que hacer menos obra.
-Paco: Ya, ya, ya.
-Pichel: Por ejemplo en los baños ahora mismo, tendrás un inodoro o dos en cada uno.
-Paco: Dos baños, dos inodoros y dos duchas en cada uno.
-Pichel: A lo mejor tienes que dejar un inodoro sólo.
-Paco: [...] O incluso meter materiales más económicos, [...] le metemos un pladur hidrófugo y un revestimiento más cutre.
-Pichel: Sí, le metes un azulejo blanco de 20 por 20.
El 6 de noviembre, Pichel telefonea de nuevo a Paco y le ofrece elegir un director de obra.
-Pichel: Mira una cosiña, tenemos una renuncia de dirección de obra en Piñeira Seca, la arquitecta es (...) y el contratista [da los nombres], eh. ¿Pa Juan, pa ti? lo que tú me digas.
-Paco: No, pa Juan, pa Juan.
-Pichel: ¿Sí?
-Paco: Sí.
-Pichel: Pues le hacemos el nombramiento a Juan entonces. Entre los arquitectos a los que Pichel ofrece la dirección de proyectos figuran varios colaboradores de su estudio privado, según admitió ante la policía
"Un pis con el alcalde"
Además de encargar obras a empresas que le hacían reformas en sus propiedades, tal y como el propio Pichel admitió ante la policía, el arquitecto de la Sociedade de Xestión do Xacobeo ejerció de conseguidor, pactando encuentros entre las constructoras y los alcaldes de los municipios con los que negociaba los albergues. La llamada que la policía intervino el pasado 25 de septiembre, a las 11.28 horas, es elocuente: Pichel pone en contacto a un empresario con el alcalde de Boimorto. Hablan Pichel y Pepe, a quien la policía identifica como constructor.
-Pichel: El jueves en Boimorto te vendría bien.
-Pepe: El jueves, ¿dónde nos vemos?
-Pichel: Iríamos por la tellería, que le echamos un vistazo, y entonces he invitado al alcalde y comeremos juntos, y hasta ahí puedo llegar.
-Pepe: Vale, pues me parece perfecto el jueves.
-Pichel: El resto es cosa tuya.
-Pepe: Nada, por supuesto es que entonces ya te santificamos [...]
-Pichel: Eso, ya nos llamamos, yo creo que quedamos un poquito antes, que así comemos después con él.
-Pepe: Perfecto.
-Pichel: Vamos todos, va a ir más gente, pero después vas a hacer un pis con él.
-Pepe: Muy bien.
-Pichel: Un abrazo.
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