Las obras rodean a un Bien de Interés Cultural
Alegría y vitalidad. Esas fueron las características que Antonio Palacios quiso que destacaran en la Iglesia de la Veracruz en Carballiño, catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC) por la Consellería de Cultura. Aún así, a pesar de la supuesta protección de la que goza, las obras en su entorno pueden pasar por alto la voluntad del arquitecto. "Palacios buscaba la luz, la alegría y la vitalidad; lo que se pretende hacer no tiene nada que ver con la idea del arquitecto", explica Rafael Otero, profesor de arte de O Carballiño experto en la obra de Palacios. Felipe Senén, experto en Historia del Arte, considera que no se trata de seguir las pautas de Palacios de forma estricta, sino de "buscar un diálogo con la arquitectura monumental y brutalista del arquitecto con nuevos idiomas, sin provocar ni herir su esencia original".
El proyecto en el que recae toda la polémica fue aprobado en la época del bipartito por la Consellería de Medio Ambiente. Según el concejal de Obras Públicas, Manuel Amil, el objetivo era "adecentar" el entorno de la iglesia. Para ello, se convocó un concurso de ideas que ganaron dos arquitectos vigueses: Javier Franco y Vicente Pintos. Consiste en transformar un prado y una plaza que rodean la iglesia en una imitación de un camposanto. Todo ello utilizando placas de hormigón y cerrado por un muro del mismo material. Se pretende hacer referencia a una iglesia tradicional gallega, con el cementerio al lado del templo.
Amil explica que se trata de un proyecto legal, "cuenta con todas las autorizaciones de la Dirección Xeral de Patrimonio". De este modo, considera que el rechazo se debe al carácter innovador de la idea, pero lamenta que la población ha demostrado este rechazo "a destiempo", pues las obras ya comenzaron en enero.
La Plataforma do Entorno da Veracruz es la que emite la mayor parte de las protestas. De ella forman parte algunos expertos en la obra de Palacios. Rafael Otero es uno de ellos. Cuestiona el uso del hormigón en los alrededores del monumento, así como la construcción de un muro que rodee la iglesia. "El uso de este material choca con los materiales usados por Palacios y el muro restringe el acceso y la visibilidad del monumento", cuenta Otero. Felipe Senen, otro de los integrantes de la plataforma, no cree que se tengan que limitar los materiales que se emplean, pero hay que saber utilizarlos con armonía y "para eso están los genios".
La plaza de la iglesia es otro de los elementos que ha causado polémica. Para algunos debería ser inseparable del monumento, de hecho, forma parte del perímetro de protección del bien. Desde el Ayuntamiento insisten en que la obra ha pasado por todos los procedimientos administrativos pertinentes y que el rechazo se debe a cuestiones de gustos, no de legalidad.
Las grietas que han aparecido de un tiempo a esta parte en las paredes del templo también preocupan a la población del pueblo ourensano. Algunos culpan a la empresa encargada de realizar las obras, Misturas Obras e Proxectos, SA, de utilizar maquinaria pesada y dudan de la formación y experiencia de los empleados para trabajar en los alrededores de un monumento de este tipo. EL PAÍS se puso en contacto con miembros de la empresa para recoger su versión, pero no quisieron hacer declaraciones. Convencido de que estas fisuras se deben a las obras, Rafael Otero presentó a título personal una denuncia. "Estoy seguro de que las vibraciones que emite la maquinaria pesada que utilizan no pueden ser absorbidas por las paredes de la iglesia, por eso hay fisuras y grietas", explica.
Tras todas las críticas subyace la idea de que estas obras se deben al simple utilitarismo. Senén explica que el fin de los trabajos es construir un vial al lado del monumento. Senén se remite al tópico de "la cultura no vende" para explicar la situación. Defiende que "la cultura es la marca de identidad frente a la uniformización global, en este sentido, O Carballiño está siendo un ejemplo de lo que no debe ser por la insensibilidad de los poderes públicos".
Por el momento, la plataforma promete seguir reivindicando el respeto por la idea original de Palacios. Tienen previsto concentrarse en el entorno de la iglesia de la Veracruz el próximo miércoles para que tanto las autoridades locales como las autonómicas paren las obras. Continuará.
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