Una norma de la UE amenaza con parar el marisqueo durante meses
La Xunta recurre ante Bruselas el nuevo método para detectar toxinas en moluscos - Los mejilloneros temen paros de hasta un año cuando se declare la marea roja
Los abogados de la Xunta trabajan en un recurso ante la Unión Europea para frenar la normativa comunitaria que obligará a cambiar el método que detecta toxinas en los bivalvos. "Perjudica gravemente al sector y las garantías para los consumidores", justificó ayer la conselleira de Mar, Rosa Quintana. La Xunta teme que, tras el cambio de método, lleguen unos nuevos niveles de concentración de toxinas más bajos que tripliquen los paros en el sector. El pasado mes de noviembre, la Comisión Europea aprobó con el voto positivo de todos sus miembros menos España, que se abstuvo, un nuevo sistema de detección de biotoxinas en los moluscos que se aplicará de forma paulatina: desde este verano y hasta finales de 2014, los laboratorios deberán dejar de hacer las pruebas con ratones y adoptar un ensayo químico. Este nuevo método evitará la muerte de 300.000 ratones de laboratorio cada año.
La prueba actual, que se hace en ratones, podrá usarse hasta 2015
Pero para Galicia el cambio es "más caro, más lento y menos seguro" que el actual sistema, como resumió la directora del Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Marino (Intecmar), Covadonga Salgado, en una reciente comparecencia en el Parlamento. Este organismo dependiente de la Xunta es el encargado de muestrear las rías gallegas, a razón de unos 15.000 análisis de media en la última década. La Consellería do Mar, junto con la de Sanidade, "está estudiando jurídicamente la defensa" que llevarán ante Bruselas. Su posición se apoya en que el método químico tarda más en aportar un resultado: frente a las 24 horas del ensayo en ratón, habrá que esperar hasta tres días, por lo que las bateas deberán estar más tiempo cerradas -hasta un año, según el sector- con el perjuicio económico que conlleva, explica Mar. Además, esto supondrá que se realice un menor número de pruebas diarias. El coste del material y la formación de los técnicos en este nuevo sistema suponen unos 400.000 euros que la Xunta ya ha desembolsado.
La Xunta considera "menos seguro" porque el método químico no está validado, dicen, y puede presentar resultados diferentes hasta un margen del 30%. Sin embargo, el test "mantiene y asegura una total protección de la salud humana sin los defectos de las pruebas biológicas con ratones como la alta variabilidad de resultados", según defendía en noviembre el comunicado de la Comisión Europea. Unos de los argumentos de Mar para defender el viejo método y la experiencia de más de 25 años del Intecmar es que con las pruebas apenas se registran casos de intoxicación por estas biotoxinas y casi siempre están relacionados con el consumo de mejillón de roca que no pasa los controles. Galicia quiere hacer valer su posición como la mayor productora de bivalvos de Europa.
En el fondo de las reticencias del Gobierno gallego se encuentra la sospecha de que el cambio de método es el primer paso para rebajar los límites en cinco de las seis toxinas que se analizan y que se encuentran en los fenómenos naturales como la marea roja. La Xunta alertó a finales de 2009 al sector de mejillón de Galicia, el más importante de Europa, de la intención de Bruselas. La bajada de estos topes -hasta un 90% en el caso de la toxina paralizante- supondría, según cálculos de la Xunta, triplicar los paros en la extracción de moluscos bivalvos e impedirían prácticamente la de la vieira. El Consello Regulador do Mexillón considera que cada vez que se produzca una marea roja habrá zonas que deberían estar cerradas ininterrumpidamente durante más de un año, con lo que supone económicamente para el sector.
La Xunta, en colaboración con la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (Aesan) del Ministerio de Sanidad, presentó a finales de 2009 un informe que defendía que no era necesario aumentar los niveles de toxinas porque ya eran seguros los actuales. En marzo de 2010, el presidente de la agencia, Roberto Sabrido, explicaba que la UE iba a atender esa postura de Galicia. Sin embargo, Mar vuelve a temer que se perjudique al sector con un cambio de topes que consideran innecesario.
"Fiabilidad adecuada"
La abstención de España en la votación de la nueva normativa responde a la "fiabilidad adecuada" del nuevo método químico. Un portavoz de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), que depende del Ministerio de Sanidad, explicó ayer que la orientación del voto se debe también, por un lado, "a la petición de la Xunta" de rechazar la iniciativa y, por otro, a la concesión de Bruselas de permitir la convivencia de los dos métodos durante 36 meses.
En todo caso, la Aesean afirma que en las gestiones ante la UE para defender la efectividad del método actual se trabajó de forma conjunta con la Xunta y se invitó siempre a acudir a las reuniones en Bruselas a un representante de la comunidad autónoma.
Quintana explicó ayer su intención de proponer a la Administración central que apoye su recurso ante la jurisdicción de primera instancia en Bruselas. La Aesan justifica su falta de respuesta sobre si va a apoyar esta iniciativa en que no ha recibido aún comunicación oficial. "Nos encantaría que el recurso fuera presentado desde España y no solo desde Galicia, pero, de cualquier modo, Mar y Sanidade han tomado la decisión", dijo Quintana.
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