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El gobierno de Cangas rechaza la obra de Foster promovida por Caixanova

La inmobiliaria mantiene el proyecto con una inversión prevista de 200 millones

La nueva corporación municipal de Cangas, presidida por la nacionalista Clara Millán, descarta la ejecución del proyecto de Norman Foster en los terrenos de O Salgueirón, que pertenecieron a la histórica conservera Massó Hermanos. La promotora, Residencial Marina Atlántica, SA, participada por Caixanova, tiene prevista una inversión de 200 millones de euros para construir ahí un complejo residencial, turístico y comercial, que por el momento no ha retirado. Pero el rechazo del gobierno local apunta a un aplazamiento del proyecto indefinidamente.

Norman Foster ideó para O Salgueirón una estructura urbanística inspirada en las hojas de la palmera. Como elementos centrales, reconvierte la antigua factoría conservera en un centro comercial y construye un hotel y una zona residencial de 700 a 800 viviendas, con otras piezas complementarias como un Museo de la Ballena o la habilitación de un paseo marítimo. "El asunto está totalmente fuera de la mesa", señala Mariano Abalo, nuevo concejal de Urbanismo en el ayuntamiento cangués y permanente detractor del proyecto de O Salgueirón. "Aparte de la discusión legal, en la corporación no hay la menor disposición para que el convenio que permitía esa urbanización siga adelante, sino todo lo contrario: queremos partir de cero en la elaboración del plan general, con nuevos criterios sobre la ordenación del territorio, y los convenios no van a regir para nada", añade el edil.

Residencial Marina Atlántica, sociedad en la que participan Atlántico Construcciones y Caixanova, firmó uno de esos convenios urbanísticos en el anterior mandato, con el PP en el gobierno local. Había comprado O Salgueirón a Frigoríficos do Morrazo por 3.500 millones de pesetas para transformarlo en una zona emblemática de la ría de Vigo, gracias a la firma de Norman Foster. El prestigioso arquitecto británico, según la promotora, se implicó en el proyecto por influencia de su esposa, la orensana Elena Ochoa, hace unos años popular sexóloga de un programa de televisión. El Ayuntamiento de Cangas recibió a costa del convenio un anticipo de 1,5 millones de euros (ya gastado), pero la realización de la obra ha estado condicionada por dos factores determinantes para los que hoy por hoy sigue sin verse salida. Salvo la retirada.

Por una parte, el convenio se supeditaba, para su aplicación, a la aprobación del plan general de urbanismo. El plan fue retirado por reclamación popular generalizada en abril del año pasado. Marina Atlántica intentó introducir una modificación puntual de las normas subsidiarias que permitiese avanzar su proyecto, pero la iniciativa no prosperó en el anterior mandato y está radicalmente descartada en el actual. "Queremos partir de cero", insiste Mariano Abalo. A mayores, está la moratoria de la Xunta, que prohíbe construir a menos de 500 metros de la costa en los próximos dos años.

Por otra parte, la punta de lanza del proyecto de Marina Atlántica es el puerto deportivo, cuya construcción está paralizada desde octubre de 2005. Ocuparía una lámina de agua de 64.879 metros cuadrados para dar 420 amarres, dentro de un espigón de 600 metros, que avanza 312 mar adentro. Un grupo de vecinos decidió interponerse ante las máquinas de la obra para evitar hechos consumados antes de la resolución judicial del caso. Ya se han acumulado varios pleitos cruzados. Contra ellos, por impedir las obras, que ahora están paralizadas, con la única presencia de un vigilante jurado junto a la maquinaria; contra el trámite de concesión, otorgada en 2005 por Autoridad Portuaria de Vigo, que, entre otras cosas, ignoró un informe vinculante de la Consellería de Pesca contrario a la marina; o contra el impacto ambiental de la obra, que la cofradía San Xosé señala determinante en otros recursos defendiendo los intereses de los mariscadores y la prevalencia actual de las corrientes en la ría, que serían alteradas por el espigón deportivo.

"No tenemos ningún conocimiento de que el proyecto haya sido rechazado", señalaron fuentes de Marina Atlántica consultadas por este periódico. "Es una obra lo suficientemente importante para que se tenga en cuenta. Esperaremos a después del verano para analizar la situación y ver qué se puede hacer".

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