Los ferrolanos deciden en qué se emplea su dinero
El Ayuntamiento ejecutará este año 14 obras escogidas por los vecinos
Los vecinos de Ferrol han superado con nota el primer examen de la democracia participativa gestionando una pequeña partida del presupuesto municipal que destinarán a crear zonas verdes, limpiar caminos y fosas sépticas.
Contra todo pronóstico, cerca de 700 vecinos repletos de ideas se volcaron en un proyecto pionero para fomentar la participación en una ciudad con fama de apática. Formularon más de un millar de propuestas y empeñaron su tiempo y esfuerzo en sacar adelante los primeros presupuestos participativos de su historia, que esta semana recibieron el visto bueno de la corporación local en el último pleno del 2009.
El resultado de esta experiencia piloto son catorce intervenciones que suman 347.803 euros para mejorar la calidad de vida de dos parroquias (Doniños y San Xurxo) y tres barrios de la ciudad (San Pablo, San Xoán y Santa Mariña) que han sido elegidas directamente por los ciudadanos. Los ferrolanos han apostado por crear más parques biosaludables, paseos y jardines en los barrios, y redes de alcantarillado, además de vaciar medio centenar de fosas sépticas. En el rural, priorizan la limpieza de caminos, ríos y fuentes para poner en valor su patrimonio natural señalizando nuevas rutas de senderismo. Propuestas "razonables y solidarias" fruto de "muchas horas" de debate asambleario que lograron poner de acuerdo a vecinos, técnicos y políticos.
"La gente participa, es generosa y sabe cuánto cuestan las cosas", dice Irisarri
Por unanimidad, los cinco grupos del arco político ferrolano (PSdeG, PP, IU, Independientes por Ferrol y BNG) aprobaron el primer listado vecinal de proyectos, ocho para la zona urbana (200.616 euros) y seis para la rural (147.187 euros). Ferrol se convierte así en la primera de las urbes gallegas que se sube al carro de la participación con el objetivo de implicar a los ciudadanos en el gobierno. Esta fórmula de "democracia directa" se estrenó en Porto Alegre (Brasil) en 1989, y ciudades como Córdoba, Sevilla, o Logroño han seguido esa estela.
En Ferrol, el proceso comenzó a gestarse hace dos años y fue una de la condiciones que IU impuso al gobierno en minoría del socialista Vicente Irisarri para respaldar las cuentas públicas de 2009 tras la ruptura del pacto local. IU condicionó su apoyo a que se habilitase una primera partida experimental de 350.000 euros para los presupuestos participativos que subirá hasta rondar los dos millones de euros en 2010. La concejalía de Participación Ciudadana tomó las riendas de un proceso largo y farragoso y los vecinos respondieron. Casi el 1% de la población (74.273 habitantes) se sumó al proceso.
En los últimos siete meses, los ferrolanos se han organizado por barrios y parroquias en torno a un Grupo Motor que lideró el proceso. Se han reunido más de una treintena de veces y han redactado todo un reglamento de participación ciudadana para marcar las reglas del juego. Recibieron clases teóricas y explicaron a sus compañeros cómo sumarse a la iniciativa. En total, 670 vecinos se registraron formalmente en el proceso con el requisito de ser mayores de 16 años y propietarios, trabajadores o residentes en uno de los cinco barrios seleccionados como campo de pruebas. "Trabajaron de forma ordenada y fieles al objetivo" explica Maica González, la técnica municipal. Sin embargo, el empuje vecinal, que arrancó con fuerza en mayo, sufrió un bajón hacia el final del año. Hicieron guardias ante media docena de urnas desperdigadas por las asociaciones vecinales y recogieron 1.227 propuestas para mejorar la ciudad. Seleccionaron las más urgentes y asequibles para un presupuesto modesto y discutieron durante horas en comisiones paritarias antes de votar en asamblea para seleccionar las catorce intervenciones definitivas. Esta semana una comisión de vecinos entregaba ese listado de propuestas al alcalde y minutos después aplaudían su aprobación en pleno "muy orgullosos" de poner su granito de arena en la gestión local.
El regidor destaca que la ilusión mostrada por los vecinos ha servido para "desmentir tópicos" y demostrar que con las herramientas adecuadas "la gente participa, es generosa con sus vecinos, se entiende en asamblea y sabe cuánto cuestan las cosas". Irisarri presume de gobernar en la primera urbe gallega que democratiza las cuentas públicas y asegura que el proyecto continuará "gobierne quien gobierne".
"Fue un primer ensayo muy exitoso" señalan los técnicos, que ya se han marcado otro reto para 2010: movilizar a los jóvenes y ampliar las zonas de inversión. La ciudad se unirá a la red estatal de municipios que democratizan sus cuentas y los vecinos vigilarán la ejecución de los proyectos a través de una comisión. Muy cerca, en Fene o San Sadurniño, ensayan sus propios modelos.
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