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Un ensayo desmonta "55 mentiras" sobre la lengua

El libro repasa falacias históricas y actuales acerca del gallego

Pablo Linde

"Desde luego, las que desmonta este libro no son mentiras piadosas. Se trata de un conjunto de falacias con el único fin de destruir la parte del universo que nuestro idioma representa". Las hay de todo tipo y en casi cualquier ámbito: en la educación, en la sociedad, históricas, en los medios de comunicación. Y están reunidas en el libro 55 mentiras sobre a lingua galega (de Edicions Laiovento e impulsado por la plataforma Prolingua), que fue presentado ayer en 70 ciudades de todo el mundo.

Su coordinador, Xosé-Henrique Costas, explica que el ensayo nace como respuesta a las mentiras que se han vertido sobre el gallego durante los últimos años a las que "a veces la gente no tenía respuesta". "La principal era la imposición del gallego y a partir de esta surgieron historias que encajaron en periódicos truculentos. Aparecían reportajes y entrevistas a gente que no era nadie. Y como una mentira repetida mil veces se convierte en verdad, no sé si la ciudadanía tragó del todo, pero muchos sí que dudaron", reflexiona Costas.

En este breve ensayo de 79 páginas se hace un repaso que empieza por las "mentiras sobre la historia" de las lenguas: "En 1938 apenas un 10% de la población gallega hablaba castellano, pero 50 años después, casi la mitad de los habitantes de Galicia ya no hablaba habitualmente gallego. ¿Abandono voluntario del idioma o discriminación, represión y asimilación? ¿Libertad o imposición?". Costas reconoce que nunca hubo ninguna ley que prohibiera directamente hablar gallego, "pero sí cientos de normas que obligan a hablar sólo en castellano". Algunas de ellas, desde un decreto de nueva planta de 1717 que establece que "los corregidores pondrán el mayor cuidado en introducir la lengua castellana", están recogidas en el libro, cuyo repaso llega hasta 2008, cuando "todavía siguen en vigor alrededor de 150 disposiciones, artículos y decretos que obligan al uso del castellano en la industria y el comercio".

Continúa la publicación desmontando "mentiras sobre la sociedad y la identidad", como que "el castellano es tan lengua propia de Galicia como el gallego" o que quien no es hablante de gallego no tiene la responsabilidad de mantenerlo y hablarlo. El recorrido continúa por la enseñanza, la administración, el comercio y la empresa, los medios de comunicación, la normativa del gallego, su utilidad y la cultura.

El ensayo lamenta las dificultades que existen para vivir en gallego: en escriturar la hipoteca en la lengua propia de la comunidad se tardan "dos meses y en castellano dos días". "Muchas veces cedemos", afirma Costas, "pero llegó un momento en el que estábamos hartos de escuchar mentiras y decidimos dar respuestas. Nosotros decimos: no hace falta dudar, la verdad es ésta".

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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