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El cambio en la Xunta permitió que la trama de Cultura siguiera operando

El arquitecto del Xacobeo gestionó contratos de la actual consellería hasta diciembre

En siete años vieron pasar tres gobiernos distintos, pero el tránsito de la Xunta de Fraga al bipartito y de éste al Ejecutivo de Feijóo no alteró los planes de los presuntos cabecillas de la trama corrupta que operó en la Consellería de Cultura y la Sociedade de Xestión do Xacobeo desde 2003 hasta hace mes y medio. El prolijo sumario abarca más de 2.000 folios y acumula 12 imputados: los supuestos cerebros de la red, Carlos Gómez-Gil Aizpurúa, ex restaurador de la Dirección Xeral de Patrimonio, el arquitecto del Xacobeo José Manuel Pichel Pichel, el ex obispo de Tui, José Diéguez Reboredo, los párrocos de Redondela y Covelo, así como los representantes de cinco empresas que restauraban arte sacro, supuestamente beneficiadas por esta organización.

Ni el anterior ni el actual gerente del ente público sabían de la investigación
Roberto Varela lamenta no haber sido informado por Bugallo de la trama
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La brigada de delitos económicos del Cuerpo Nacional de Policía ha analizado más de 100 contratos por los que esas cinco firmas habrían recibido más de 2,5 millones de euros a cambio de obras de rehabilitación de altares y retablos en iglesias desde 2003. En la mayoría de ocasiones, los trabajos eran encargados por párrocos a los que los miembros de la red que decidía las subvenciones de Cultura les imponían o sugerían las empresas con las que debían trabajar.

Carlos Gómez-Gil, a quien la policía y el fiscal consideran uno de los cabecillas de la red, decidía qué iglesias se restauraban en las provincias de Ourense y Pontevedra con un presupuesto anual que llegó a superar el medio millón de euros. Su elevado nivel de vida y las denuncias de otras firmas de restauración que quedaban sistemáticamente fuera de sus adjudicaciones levantaron las sospechas de la Consellería de Cultura de Ánxela Bugallo en 2007 y el expediente de la Xunta desembocó en el Juzgado de Instrucción número 3 de Santiago que abrió diligencias previas el pasado 18 de marzo.

La Dirección Xeral de Patrimonio relegó entonces a Gómez- Gil, que el pasado verano puso tierra de por medio y emigró a Murcia, donde ahora trabaja para el Museo de Arte Subacuático de Cartagena.

Pero en Galicia se quedó otro de los actores principales de la trama, según la policía: el arquitecto del Xacobeo, José Manuel Pichel Pichel, que siguió operando como si nada y todavía a mediados de diciembre, según las escuchas policiales, continuaba repartiendo los contratos de dirección de obra para los albergues de este Año Santo.

Pese a estar siendo investigado desde hace meses por la policía, el fiscal y la juez, Pichel pudo seguir operando hasta diciembre de 2009 -cuando prometió "repartir Galicia" y dar una "herencia de puta madre" a un grupo de aparejadores amigos-. El hecho de que su nombre no figurase en la denuncia inicial de la Consellería de Cultura -sino que surgió después fruto de las conversaciones intervenidas por la policía- le permitió seguir operando desde su puesto.

Fuentes de la Consellería de Industria, de la que dependía el Xacobeo en la legislatura pasada, confirmaron a este periódico que ni el ex conselleiro Fernando Blanco, ni el antiguo gerente de la sociedad pública Ignacio Rodríguez Eguibar, tuvieron noticias de la investigación. Por lo tanto, tampoco lo mencionaron en el traspaso de poderes.

Además, con el Gobierno de Feijóo, el Xacobeo retornó a la Consellería de Cultura. Su actual responsable, Roberto Varela, repite estos días que se trata de una "desgracia heredada" y que se enteró del escándalo por la prensa. Fuentes cercanas al conselleiro sostienen que sólo tuvieron noticia de la red presuntamente corrupta el pasado 14 de enero cuando recibieron un oficio del juzgado que solicitaba los expedientes de contratación de tres obras distintas. Ese día, hace apenas mes y medio, Varela dio orden al Xacobeo de separar al arquitecto José Manuel Pichel Pichel de cualquier proceso de contratación. "Desde que nos enteramos, Pichel ya no tiene firma", repiten las mismas fuentes de la actual Consellería de Cultura, que lamentan no haber sido informados por el departamento de Ánxela Bugallo de la investigación en curso.

El actual gerente del Xacobeo, Ignacio Santos, culpa también al bipartito. Entretanto, nadie en la consellería explica qué ha sido de los albergues que Pichel repartía a sus conocidos por teléfono en diciembre pasado.

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