La Xunta pagará un canon por la propiedad del castillo de Pambre
Los religiosos que heredaron la fortaleza aseguran que percibirán cinco millones de euros de la Administración
El castillo de Pambre pasará a ser propiedad pública. Así lo anunció ayer en Palas de Rei (Lugo), donde se encuentra la fortaleza medieval, Alberto Núñez Feijóo. "La Xunta y el Ayuntamiento hemos llegado a un acuerdo con los propietarios actuales del castillo", anunció el presidente, "para poder adquirirlo y conservarlo a fin de ponerlo a disposición del turismo". Los dueños actuales, la congregación Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres de Vigo, heredaron Pambre en noviembre de 2009, cuando falleció el Manuel Taboada, conde de Borraxeiros y anterior titular de la escritura.
El viernes, José Donaire, hermano superior de los religiosos, negó categóricamente a este periódico que hubiese un acuerdo cerrado con la Administración para vender Pambre. Sin embargo, Donaire acompañó ayer a Feijóo en un acto, el de Palas de Rei, en el que también estuvieron el conselleiro de Cultura, Roberto Varela, y el alcalde de la localidad, Fernando Pensado (del PP). Algunos medios de comunicación recogieron ayer declaraciones del misionero en las cuales cifraba en cinco millones de euros el precio que la Xunta pagará por la fortaleza.
Hace unos meses, el Gobierno tasó la fortificación en 1,8 millones de euros
En San Caetano, con todo, no dan números. Fuentes del Gobierno autónomo aseguraron que pagarán un canon anual a los Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres durante 10 o 15 años, pero que todavía no existe una tasación final. Hace unos meses, transcendieron los 1,8 millones que ofrecía la Xunta a los dueños y que no incluían 30 hectáreas de terreno con explotación hidroeléctrica. La orden religiosa se basaba en un informe del arquitecto César Portela para pedir 10 millones de euros.
El castillo de Pambre es un ejemplo único de construcción medieval militar y una de las pocas fortalezas que resistió en pie las Revoltas Irmandiñas en el siglo XV. Desde el pasado verano, ya en manos de los misioneros, abre sus puertas al público, tras permanecer décadas clausurado por el propietario anterior.
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