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Los desafíos de la enseñanza pública

"La Xunta no ahorra en educación, desvía el dinero a la privada"

Padres y profesores de centros de Ourense hacen repaso del sistema público

La enseñanza pública "se tambalea". La mala prensa de los docentes alcanza "niveles máximos, fomentada sutilmente desde la Administración". Mientras la Consellería de Educación apela al ahorro para "restringir medios en los centros públicos, se hacen más conciertos que nunca con los privados". "No se trata de un ahorro, sino de priorizar la enseñanza privada". Estas son algunas de las conclusiones a las que llegan dos profesores (de Primaria y Secundaria) y dos padres de alumnos implicados en la comunidad educativa de sus respectivos centros en Ourense. Fueron reunidos por EL PAÍS para debatir sobre la situación de la enseñanza a partir de la nueva orden de la Xunta de ampliación del horario docente en los centros públicos. "Es increíble, no pagamos a nuestros hijos los colegios caros pero se los estamos pagando a los hijos de nuestros vecinos ricos", protestan los padres y asienten a su lado los docentes. Progenitores y profesores sostienen que, con el pretexto de la crisis, la Xunta "refuerza la enseñanza privada en detrimento de los más necesitados, cuando debería ser al revés".

"Si se cumplen los códigos, adiós a las bibliotecas, refuerzos y excursiones"
"Ya no se cubren las bajas por enfermedad de menos de 15 días"

Anxo Corral, profesor de Física con 30 años de experiencia y Nuria Feijóo, joven maestra de Primaria con apenas 8 años de carrera, coinciden en planteamientos y diagnosis. "¿Ahorrar es dejar servicios sin cubrir en la enseñanza pública y mantener a los profesores de Religión que coloca a dedo el Obispado y pagamos todos a través de la Consellería de Educación?". Lanza la pregunta retórica al aire, y de inmediato Feijóo puntualiza que "naturalmente, eso no es ahorrar sino desviar la inversión a la privada". "A lo mejor había que ahorrar en la visita del Papa", apunta el miembro de base del ANPA del IES de A Ponte, Xosé Rodríguez Díaz. Mónica Fernández Valencia, del ANPA de O Ruxidoiro, en A Valenzá, asiente y alerta de la "baja en la calidad de la enseñanza pública" que se avecina.

Los cuatro entrevistados coinciden en que la inversión de la consellería en profesores de Religión en los centros públicos contrasta con el "desmantelamiento de servicios" de estos mismos centros "en un momento de crisis". Docentes y padres están, además, alarmados por la noticia de que Religión podría puntuar y ser, por tanto, definitiva en la media. "¡Los que han optado por no ir a Religión tendrán menor nota!", destacan la "injusticia".

Corral es rotundo al señalar que "precisamente en tiempos de crisis es cuando hay que apoyar a los más desfavorecidos, pero la Xunta decide ayudar a los ricos". Todos están de acuerdo con su tesis y citan -a modo de ejemplo de los recortes a los que apela Educación con el argumento del ahorro- la "supresión de la gratuidad de los libros de texto, la reducción de comedores que se restringen otra vez ya solo a los transportados" o la decisión de dejar servicios sin cubrir, como los de biblioteca, los refuerzos escolares, los doblajes (dividir en dos una clase con muchos alumnos) o la contratación de especialistas en audición y lenguaje". Estas últimas medidas "desaparecen" con el aumento del horario docente. "Nos quieren vigilando las llegadas y salidas de los transportados", explica Corral.

Quienes más alzan la voz contra las nuevas normas de Educación son, en este caso, los representantes de los padres. Rodríguez y Fernández creen que desde la Administración "intentan" ponerles "contra los profesores, cuando sus problemas afectan a las familias, porque la precariedad en el trabajo empeora la calidad de la enseñanza".

"Si cumplen los códigos, adiós a las bibliotecas, a las excursiones escolares, a los apuntes que hacen fuera de su horario lectivo para los alumnos y a los refuerzos", sentencia el padre del centro de A Ponte, quien insiste en la necesidad de diferenciar entre educación y asistencia social. "No se puede pretender que aumenten los horarios para tener a los niños aparcados en los colegios porque, además, eso sería como poner a un fontanero a pintar fachadas", explica Rodríguez, reseñando que a la sociedad "le falta empatía" con el profesorado.

"En muchos centros, los profesores están tomando ya medidas de no organizar ninguna actividad extraacadémica", dice preocupada la madre, alertada también porque "no se cubren ya las sustituciones". Lo confirman los profesores. Corral y Feijóo sostienen que en la campaña de las pasadas municipales los docentes que iban en candidaturas "no fueron sustituidos: los alumnos se quedaron sin clases. Tampoco se cubren las bajas por enfermedad de menos de 15 días. Todo, apelando al falso ahorro, que solo esconde la desviación de fondos a la privada". Todos sostienen que, mientras, "aumentan los conciertos con los centros privados".

En municipios como el de Barbadás, en el cinturón de la ciudad, "proliferan los centros concertados: la gente empieza a abandonar ya la enseñanza pública", asegura la madre del grupo.

Los cuatro reconocen que "solo una buena enseñanza pública garantiza la igualdad de oportunidades", pero la consellería "insiste en la segregación". "Empezó segregando por sexos y ahora segrega también académicamente con la vuelta a los centros de FP desvinculados de la Secundaria", señala Fernández. El padre de A Ponte no duda. "La Xunta apuesta por la teoría de la excelencia que impulsó Esperanza Aguirre en Madrid: buena educación, sin restricciones, para los ricos".

El aumento de las horas docentes no es más que "un nuevo paso para consolidar la baja calidad de la enseñanza pública". Lo dice Nuria Feijóo y lo ratifican los demás. Aseguran que esta decisión está marcada por las empresas de autocares a las que Educación "beneficia con la decisión de que un mismo vehículo haga dos viajes a los centros cuando antes había dos autocares. La empresa ahorra el salario de un conductor". "Ahora son las empresas de transporte las que marcan nuestros horarios", explican los profesores, que basan directamente en ello la nueva orden de ampliación de los horarios docentes que Educación presenta como el camino hacia la calidad.

Según la norma, los docentes vigilarán a los escolares "desde que llegan al centro en bus hasta que entran a clase y desde que salen hasta que suben en él". Se trata, según los cuatro, de "desprestigiar una vez más al profesorado" que si se forma "lo hace por su cuenta y fuera del horario".

Mucha tecnología, pero sin 'software'

La inversión en nuevas tecnologías "es un cuento". Corral acredita cómo la Xunta "ha gastado grandes cantidades de dinero en este curso en crear aulas Avalar (de aplicación de nuevas tecnologías) "poniendo mucho sistema informático, pero sin software", de forma que "en lugar de escribir en el encerado con tiza, lo haces en la pizarra electrónica: no cambia nada". Según él, no se adquieren programas específicos para los caros aparatos que se instalan. Exactamente lo mismo, sostiene el docente, que cuando él empezó en la enseñanza hace 30 años. Entonces, Educación "llenaba los centros de proyectores, pero no había películas educativas para poner en ellos".

"Hay dinero para las aulas Avalar, pero no para las fotocopias" de los apuntes que los profesores de la pública "hacemos para los alumnos en nuestra casa, en horas extraordinarias", precisa el profesor de Física. A su lado, los dos padres lamentan que, "mientras tanto, a los hijos de los ricos no les suprimen nada y lo pagamos todos".

Los cuatro representantes de los centros educativos públicos ourensanos están convencidos de que la Consellería de Educación "despilfarra en medios y ahorra solo en profesores". Y todos entienden que así "es imposible mantener la calidad de la enseñanza" pública.

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