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Sobral denuncia el altercado con vecinos de Monte Porreiro

El Ayuntamiento de Poio pondrá en manos de la Fiscalía y de la Subdelegación del Gobierno un informe sobre el altercado que protagonizaron el pasado martes por la noche los vecinos de Monte Porreiro (Pontevedra) y Caritel (Ponte Caldelas), al término de un pleno. El regidor, Luciano Sobral, esperó dos horas antes de salir del edificio, tras una sesión tensa, y lo hizo escoltado por varias dotaciones de la Guardia Civil, que a duras penas pudieron contener al centenar de manifestantes que aguardaba a las puertas del consistorio.

Bajo una lluvia de insultos y algún que otro puño sobrevolando la cabeza del regidor, Sobral fue escoltado hasta su coche, al que habían pinchado las cuatro ruedas y rayado la carrocería, por lo que tuvo que ser el instituto armado quien lo trasladase hasta su casa. El resto de la corporación, que salió después, se encontró ya la zona despejada.

La Guardia Civil ha identificado a varios de los exaltados, aunque no ha precisado el número, sobre los que puede recaer una sanción económica que oscilaría entre los 300 y los 6.000 euros. Además, se estudia la posibilidad de que los hechos pudieran derivar en responsabilidades penales. El alcalde reconoció haber temido por su integridad física y calificó este capítulo como "el más difícil" de su larga trayectoria política.

Preocupación

Sobral se mostraba ayer "bastante preocupado" por lo acontecido y ante la posibilidad de que se tomen represalias desde el "bando" calé, si bien aplaudió el comportamiento de las familias realojadas, procedentes de un poblado de Poio, para mantener la calma. De hecho, el presidente de la Asociación Pueblo Gitano, Sinaí Giménez, anunció que "500 gitanos" estarían dispuestos a "acompañar" al regidor para hacer frente a "esos radicales violentos".

Giménez acudió a la Subdelegación del Gobierno para solicitar "medidas de contención" y que se identifique a los manifestantes. Además, confía en reunirse en breve con el subdelegado, Delfín Fernández, para informarle de la escalada de tensión que padecen las dos familias realojadas en Caritel, a las que han llegado a "echar petardos" y a amenazar para que se vayan del pueblo. "Son gente muy violenta", apuntó.

La asociación de vecinos de Caritel envió ayer un comunicado en el que condena el altercado que padeció Luciano Sobral. También el Partido Popular de Poio condenó los hechos, aunque los achacó al "cúmulo de errores" del proceso de realojo, por lo que insta a las autoridades competentes a volver al principio y reiniciar el proceso bajo el consenso.

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