Pelotazo de la Fundación San Rosendo en el plan general de Vigo
Con una alegación recalificó para vivienda un solar destinado a equipamientos
Una mera alegación durante el periodo de exposición pública del plan general de urbanismo de Vigo, en 2005, le bastó a la Fundación San Rosendo para recalificar un solar de 1.395 metros cuadrados, cuyo uso pasó de dotacional a residencial contra la lógica de todo el ámbito, reservado para dotaciones, y pese a las exigencias de la Consellería de Educación, que considera "imprescindible" el colegio público que funciona en el edificio.
El sesgo especulativo de la operación cuestiona la actividad de una fundación que, según declara, "quiere ser voz y lucha contra las marginaciones y pobrezas de todo tipo". La clausura, por parte de la Vicepresidencia de la Xunta, de una residencia de ancianos que funcionaba en el mismo edificio había despejado ya el camino al negocio inmobiliario de la San Rosendo.
Al plan general de Vigo se presentaron más de 60.000 alegaciones. La de la Fundación San Rosendo fue aceptada, atribuyendo los responsables del plan "a un error en la edición del documento presentado para la aprobación inicial del Plan Xeral de Ordenación Municipal" que la parcela figurara como equipamientos y otorgándole la calificación de residencial, para viviendas.
Esta recalificación supone la creación de una isla en el conjunto del ámbito, que se destina a equipamientos, y contradice los compromisos asumidos en la historia y transacción del inmueble. Aunque para la Fundación San Rosendo represente un buen negocio urbanístico. En la parcela de la calle Filipinas, 2, próxima al Hospital Xeral y a Plaza de España, la Caja de Ahorros Municipal de Vigo construyó en 1960 un edificio de 4.190 metros cuadrados que vendió, en 1987, a la Fundación Pereira, luego absorbida por la Fundación San Rosendo.
En los documentos de esa compraventa se explicita, por una parte, la obligación de la Fundación Pereira de destinar la finca a residencia de ancianos durante un plazo mínimo de 23 años, que expiraría en marzo de 2010. Por otra parte, se señala que la parte del edificio ocupada por el colegio "será destinada a tal fin en tanto por el Ayuntamiento de Vigo no se construya el nuevo colegio en la avenida de Madrid y consecuentemente quede desalojada dicha parte colegial, que pasará entonces a ser de pleno dominio y uso de la compradora, juntamente con el resto de la finca ahora transmitida".El colegio, inicialmente promovido y subvencionado por la caja de ahorros, tiene ocho unidades, con capacidad para 320 escolares. En 1982, Caixanova, a la sazón Caja de Ahorros Municipal de Vigo, había aceptado vender al Ayuntamiento dos parcelas por el precio simbólico de 1.000 pesetas metro cuadrado para construir el colegio alternativo en la avenida de Madrid, en un solar que se urbanizó y edificó, pero olvidando el equipamiento escolar comprometido.
La Fundación San Rosendo no quiere residencia ni colegio en su edificio. Fuentes del centro educativo señalan que ya en 2004 se les anunció que el mismo iba a ser cerrado mientras se estudiaba el uso urbanístico que le iban a dar al edificio. Al año siguiente se admitió su alegación para recalificar la parcela. En marzo de 2006, el director de la Obra Social de Caixanova pidió el cierre del colegio aduciendo que la Fundación San Rosendo necesitaba contar con la totalidad del inmueble para sus fines "profundamente entroncados con la acción social y más acordes a las actuales necesidades que la sociedad presenta".
La residencia de la tercera edad Nuestra Señora de la Esperanza sigue figurando en la oferta que presenta la Fundación San Rosendo en su página web: "Es un edificio de mitad del siglo pasado, con siete plantas que antiguamente fue hotel. Sus habitaciones con baño y hall, salón de televisión, salas de estar y capilla, cocina y comedor se reparten los más de 3.000 metros construidos. En la actualidad dispone de 25 plazas para ancianos válidos". Pero, "está pendiente de modificación y destino", previene la propia Fundación.
La Vicepresidencia de la Xunta, sin embargo, archivó en septiembre de 2006 el expediente de concesión del permiso de inicio de actividades del geriátrico porque, pese a los requerimientos realizados durante tres años no había hecho nada por subsanar sus deficiencias.
Con el suelo recalificado y sin residencia de ancianos, a la Fundación sólo le quedaría desalojar el colegio. La recalificación permite dedicar el solar a vivienda, con una edificabilidad total de 7.390 metros cuadrados. El precio de la vivienda nueva en la zona se sitúa por encima de 4.000 euros el metro cuadrado, que baja hasta 2.500 o 3.000 euros metro, si es vivienda de segunda mano, para lo que podrían rehabilitarse los actuales 4.190 metros construidos.
El único escollo a la operación lo plantean la Consellería de Educación, que considera el colegio "imprescindible", ya que no hay ningún otro en la zona y, los responsables del urbanismo municipal, que podrían revisar la estimación de la última alegación de la Fundación San Rosendo y revertir la calificación del solar al uso anterior, ahora vigente, de equipamientos.
La Fundación San Rosendo, constituida en Ourense en 1992 "para desarrollar las funciones de asistencia social", fija sus fines de servicio a la comunidad, "en la atención de ancianos, inválidos y necesitados, alcohólicos, minusválidos físicos y psíquicos, pobres, servicio a domicilio a personas necesitadas, guarderías infantiles, comedores sociales y cuanto suponga la educación y sensibilización de la comunidad, así como la ayuda y asistencia a necesitados". Añade en su presentación que "desde su nacimiento ha crecido a un fuerte ritmo, sobre todo en los últimos años, en función de las necesidades más urgentes de la población, con la mirada puesta en el servicio a la comunidad más necesitada, ofreciendo a las personas cobijo y amor, ayudándoles a vivir con dignidad humana, aumentando su autoestima y colaborando en una más y mejor calidad de vida".
Actualmente, según su propia presentación, cuenta con 54 centros, 48 de los cuales se dedican a la atención de personas de la tercera edad, además de cuatro hoteles y tres balnearios que forman el grupo Caldaria.
Una fundación en apuros
El cura Benigno Moure, presidente de la fundación y de Caldaria y administrador único de As Burgas Televisión Local, está en apuros judiciales. El sobrino de dos ancianos impedidos y alojados en una de sus residencias le acusó de apropiarse de 600.000 euros en metálico, propiedad de la pareja, y de numerosas parcelas, que habrían sido desprovistas de hórreos y cruceiros que actualmente lucen en los balnearios de Caldaria. El juicio se verá en breve. El fiscal pide para él 14 años de prisión (25 años, la acusación particular). El juzgado le fijó una fianza de 587.000 euros, y de 45.000 euros al notario que colaboró en la presunta estafa.
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