Museo al aire libre en Campo Lameiro

La Consellería de Cultura y el Ministerio de Fomento dieron ayer un impulso que pretende ser definitivo para la construcción del Parque de Arte Rupestre del municipio pontevedrés de Campo Lameiro, un proyecto que ambas administraciones financiarán con una aportación de 5,5 millones de euros dividida a partes iguales. La partida del Ministerio correrá a cargo del 1% cultural, mientras que la Administración gallega, que también es propietaria de los terrenos, será la encargada de la gestión de las obras. La conselleira de Cultura, Ánxela Bugallo, firmó ayer en Madrid el convenio para la construcción del parque con la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez

Esta suerte de museo al aire libre parque tendrá una superficie de 220.000 metros cuadrados y estará formado por una ruta para visitar los más de 80 petroglifos o grabados en piedra existentes en la zona y por un centro de interpretación e investigación. Ya en diciembre de 1974 fueron declarados monumentos histórico-artísticos nacionales un conjunto de grabados rupestres entre los que se encuentran varios petroglifos situados en la zona.

Los motivos geométricos son los más habituales entre los restos que se conservan en Campo Lameiro, aunque también pueden observarse escenas de equitación, caza y guerra. En cambio, están ausentes escenas propias de la vida doméstica que sí son conocidas en otros foros rupestres europeos.

No hay unanimidad entre los expertos a la hora de adscribir culturalmente estos petroglifos. En la actualidad tiende a vincularse el arte rupestre al aíre libre con la aparición en el registro arqueológico de las primeras comunidades campesinas. Sin embargo, dentro de este esquema hay posiciones diferentes que oscilan entre su ubicación en un momento que coincidiría con el desarrollo del Neolítico Final y los primeros tiempos de la Edad de Bronce, su vinculación definitiva a la Edad de Bronce o su atribución a ésta y a la Edad de Hierro.

El proyecto de Campo Lameiro es uno de los cuatro parques proyectados dentro de la Red Gallega del Patrimonio Arqueológico, y la Consellería de Cultura aspira a que se convierta en un referente clave para poder proteger y conocer el arte rupestre. La mayoría de los investigadores de los grabados rupestres gallegos coinciden en señalar al municipio pontevedrés como el área que alberga la mayor concentración de petroglifos de Galicia.

El anterior Gobierno de la Xunta ya había iniciado a finales de los años 90 los estudios previos para la construcción de este parque. El área donde se encuentran estos restos arqueológicos es muy vulnerable a las agresiones de la naturaleza y el hombre y las consecuencias son visibles en algunos de los aunque la mayoría se encuentran en buen estado de conservación.

Los efectos del avance de la vegetación - la principal amenaza para los restos arqueológicos- y algunos actos de vandalismo se unen a la seria amenaza que supuso el gran incendio forestal registrado en la zona el pasado mes de agosto. El proyecto de construcción del parque incluye entre sus objetivos tratar de mitigar el avance del biodeterioro y prevenir los efectos del fuego y del vandalismo.

El proyecto que se llevará a cabo durante los próximos años también pretende que los visitantes puedan identificar la situación de los petroglifos, transitar con facilidad por la zona y tener perspectivas amplias para poder contemplar los restos arqueológicos y su situación en el paisaje. Durante este año ya se han llevado a cabo trabajos de acondicionamiento del contorno del parque, el movimiento de tierras y la cimentación del futuro centro de interpretación.