Muere Ana Kiro, la voz que llegó a todos los hogares
En los 70 se impuso a la discográfica, cantó en gallego y arrasó
La cantante y presentadora Ana Kiro, uno de los mayores fenómenos de masas de la cultura popular gallega, falleció al mediodía de ayer en su casa de Mera (Oleiros), según fuentes del Ayuntamiento, que dispuso su capilla ardiente en el Auditorio García Márquez. La cantante padecía un cáncer desde hace años y recibirá sepultura hoy a las 19 horas en el cementerio parroquial de Serantes, en Mera. Desde Feijóo a A Mesa pola Normalización, numerosas personas y entidades han manifestado su pesar por la desaparición de esta artista que fue pionera en reivindicar el uso del gallego y el papel de la mujer en la música comercial.
Ana Kiro, cuyo nombre real era María Dolores Casanova González, nació en 1941 en Castañeda (Arzúa). Hija de guardia civil, cuando tenía 19 meses la familia se trasladó a Pineda de Mar, en la Costa Brava, y después de un paréntesis en Cedeira, a una casa cuartel en pleno Paralelo de Barcelona. Allí, mientras trabajaba en una hilatura, comenzó a abrirse camino en la radio, hasta que la escuchó su padre y le prohibió seguir en la farándula. Tuvo que casarse, a los 19 años, para reemprender su carrera musical, que no abandonó ni cuando, otra vez a pesar de la familia y de los tiempos, a los 23 años se separó de su marido. Comenzó a hacerse popular compartiendo escenario con José Guardiola y Mary Santpere, y fue Ana María Quiroga hasta que en un festival dedicado al fútbol, un mánager consideró que era un apellido "demasiado flamenco" para cantar Pontevedra Twist y la convirtió en Ana Kiro. "A mí me sonaba japonés, pero moderno sí que era", recordaría años después la cantante.
Con su primera canción estuvo meses en las listas de superventas
Con el nombre japonizado y botas blancas altas, la cantante fue una de las pioneras del pop, grabó discos y frecuentó platós como el de Galas del sábado con Joaquín Prats y Laura Valenzuela, pero el fenómeno Ana Kiro nació a raíz de otra muestra de carácter. En 1974 le planteó a la entonces potente discográfica Belter grabar en gallego y, pese a las negativas iniciales, no cejó hasta conseguirlo. Aquella primera canción, Galicia, terra meiga, fue un hit que vendió 100.000 discos y estuvo varios meses en las listas españolas de superventas. Sus canciones en gallego arrasaban en las repletas colonias de emigrantes, haciendo llorar a miles de personas en México o en Ginebra, cantando temas como Lonxe da terriña. Llegó a grabar una treintena de discos, y sus casetes reinaban en las guanteras del parque automovilístico gallego.
En 1980 volvió a Galicia, se instaló en Oleiros y, al tiempo que cantaba, inició otro reinado como presentadora en TVG. Declararse como seguidora de Manuel Fraga en los noventa no le impidió ser una de las convocantes del manifiesto por la convivencia lingüística que promovió en 2008 A Mesa.
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