Citroën anuncia medidas para eliminar empleados fijos con bajas voluntarias
El presidente de la Xunta se reúne hoy en Vigo con el director de PSA
Por segunda vez en una semana, un comunicado procedente de París ha puesto en alerta a los cerca de 9.000 trabajadores de PSA Peugeot Citroën en Vigo. La dirección de la multinacional impulsa un plan para reducir su plantilla en 2.700 personas en todo el mundo. La medida afectará tanto a obreros de la cadena de montaje como a directivos, técnicos y mandos intermedios.
La intención de PSA pasa por negociar mecanismos que permitan acelerar la salida de los trabajadores mediante jubilaciones anticipadas, algo que ya se está produciendo en la planta gallega. Desde que Piere Ianni se hizo con la dirección en Vigo, varias decenas de empleados, según fuentes sindicales, se han acogido a bajas incentivadas. El comité de empresa ha sido informado de que, a partir de ahora, éstas serán más habituales dada la caída general de ventas. Se espera que el personal administrativo sea el primer objetivo de esta reestructuración. Henrique Pérez, representante de la CIG en el comité, calcula que en la planta de Balaídos hay entre 2.000 y 3.000 personas que superan los 55 años.
El fabricante francés reducirá en 2009 un 10% su producción
La industria auxiliar sigue viviendo su particular calvario
"No nos agrada presentar este proyecto. No obstante, lo peor sería no hacer nada, porque podríamos poner en juego al grupo y a sus 200.000 empleados". Esa fue la justificación que dio ayer Jean Luc Vergne, director de Recursos Humanos de PSA al anunciar el recorte, cuyos detalles se conocerán el próximo 2 de diciembre. El directivo francés confió en que los problemas de reducción de personal se resuelvan "sin conflictos, sin dramas humanos, con nuestro compromiso de no dejar a nadie solo".
Fuentes de la multinacional en Francia señalaron que el año que viene las previsiones de producción serán, como mínimo, un 10% menores que las de este ejercicio. Entre tanto, las empresas auxiliares de PSA siguen viviendo su particular calvario. Hoy, los trabajadores de Prevent, una fábrica situada en Mos (Pontevedra) que confecciona las fundas de los asientos para PSA, se reúne para analizar el ultimátum dado por la empresa, que ha abocado a los empleados a dos salidas: el cierre de la planta, con el consiguiente despido de 130 personas, o que la factoría se desvincule por completo de la matriz, en Eslovenia. En esta segunda posibilidad, la multinacional garantizaría trabajo a la mitad del personal durante los próximos cinco años mediante un contrato de suministro de componentes. La CIG teme que sea una maniobra para evitar indemnizar a los operarios y advierten que no atenderán a esta propuesta a menos que tenga todas las garantías.
En un trance parecido se encuentra otra firma, ésta del sector farmacéutico. AstraZéneca, propiedad de un grupo anglosueco y situada en O Porriño (Pontevedra), ha informado a sus 113 empleados de que cerrará sus puertas el 31 de enero si no encuentra comprador. Alberto Gonzálvez, representante de la plantilla, considera que la decisión responde a un plan muy meditado de la multinacional, que hace varios años suprimió la fabricación de compuestos en Galicia y limitó su actividad al envasado de pastillas. "Inevitables reducciones de inversión obligan a concentrar en menos fábricas el envasado de medicamentos", dijo ayer Paul Hudson, el presidente de la compañía en España.
La crisis y sus soluciones centrarán hoy una reunión del presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, con el director de Citroën en Vigo.
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