Cae el discípulo de Juncal
El exdiputado apenas intervenía en el Parlamento y adquirió fama de maniobrero en Nuevas Generaciones
El ascenso de Javier Escribano (A Coruña, 1981) es la historia mil veces contada del joven que hace méritos en el partido pegando carteles y colocando sillas en mítines, a la espera del momento y el contacto adecuados. Su momento llegó en 2007. Y su contacto, el exalcalde ferrolano Juan Juncal, por entonces presidente del PP en la provincia de A Coruña, telefoneó a sus alcaldes para recordarles que en la carrera hacia la presidencia de Nuevas Generaciones en la provincia de A Coruña, Escribano era su hombre. Quienes recuerdan aquel proceso, aseguran, que las llamadas de Juncal no dejaban elección.
Ya desde la presidencia de la organización juvenil, Escribano, que no acabó la carrera de Económicas, acumuló enemigos y fama de maniobrero. "Sus maneras políticas no eran las de un joven de 27 años", cuentan quienes le trataron entonces. Fuentes del PP admiten que su inclusión en las listas por A Coruña al Parlamento gallego en 2009 también estuvo rodeada de polémica. Un dirigente aseguró ayer que Escribano deslizó ante el presidente provincial, Carlos Negreira, que no convenía relegar a puestos testimoniales a quien tenía tanta información del partido. Al final concurrió como número 15 en esa circunscripción y en cuanto corrió la lista por las dimisiones de algunos diputados que se fueron al Gobierno, por fin se sentó en su escaño.
Juncal, exalcalde de Ferrol, fue su principal valedor en el partido
Las primeras veces que intervino en el Parlamento -casi siempre en comisiones menores, rara vez en el Pleno- se empeñó en hacerlo en castellano, hasta que la dirección del grupo parlamentario le recomendó hablar en gallego. Con un estilo desenfadado, barba recortada y americana casi siempre sin corbata, sesteó la legislatura en los escaños de atrás, pero sobre todo en los pasillos con el teléfono móvil siempre a mano. En vísperas de las elecciones municipales puso en marcha una campaña a favor de su compañero, José Manuel Rey, hoy alcalde en Ferrol -y que ayer renegó de Escribano- equiparando a Zapatero con el candidato socialista Vicente Irisarri. Ya entonces, sus formas al frente de Nuevas Generaciones en A Coruña hacían insostenible su continuidad, pero Negreira pidió aplazar su relevo a después de las municipales. Una gestora se hizo este verano cargo de la organización juvenil del PP en A Coruña, pendiente aún de un congreso. En el grupo parlamentario del PP corren anécdotas sobre su escasa actividad y su filosofía de vida.
Un veterano del Parlamento recuerda cómo una vez Escribano le contó que tenía que cambiar la domiciliación bancaria del móvil personal, que aún le pagaban sus padres. "Estoy por abrirle una cartilla a ver si al menos el tiempo que ande por aquí consigue ahorrar", contó a algunos de sus compañeros un parlamentario curtido. El ocaso del discípulo de Juncal se produjo el jueves, cuando se levantó el secreto de sumario de la Operación Arena. Ese día firmó la carta de renuncia que el PP hizo pública ayer. Desde hace semanas sospechaba que se le estaba investigando y había dejado de hablar por el móvil.
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