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Columna
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El 9 d'Octubre no es una boda, señora Barberá

El 3 de septiembre pudimos leer en los periódicos unas declaraciones sorprendentes de la señora Barberá, alcaldesa de Valencia, respecto a la polémica surgida a raíz de la exigencia de algunos concejales de la oposición de no querer entrar en la catedral si nos correspondía portar la Real Senyera. Por prudencia, pensamos en aquellos momentos que era mejor no entrar en el debate. Pero se acerca el 9 d'Octubre y es necesario clarificar la posición de cada uno y, a ser posible, encontrar una solución válida para todos.

Lo que algunos pedimos es muy simple y sencillo: ya que sabemos que la actual mayoría del PP no querrá eliminar el acto religioso del 9 d'Octubre -día de los valencianos, no solo de los católicos-, desde Compromís ofrecemos un pacto de mínimos. Este pacto consiste en que si el concejal o concejala que le toca portar la Real Senyera no desea entrar en la catedral con la misma, que simplemente algún otro concejal designado por la alcaldesa se encargue de llevarla hasta dentro de la catedral y que la vuelva a entregar al primero, una vez salga de la catedral. Con este pacto se conseguiría, por un lado no cambiar la llamada tradición (nada constitucional, introducida por el PP y con la que nosotros no estamos de acuerdo) y respetar las convicciones personales y políticas de todos los concejales (los que defendemos la aconfesionalidad del Estado y los que no).

Pero ya sabemos que nuestra alcaldesa no es persona de pactar. O estás con ella o contra ella. O es negro o es blanco, los grises no existen. Para rechazar nuestra petición la señora Barberá nos preguntaba si los concejales que no queremos entrar en la catedral con la Senyera "no han ido nunca a ninguna boda, comunión u oficio religioso de un pariente suyo, aunque no crean en la iglesia". La señora Barberá confunde deliberadamente un acto privado, una boda, donde cada uno va en función de sus convicciones personales, con la presencia en un acto público como representante del Ayuntamiento que forma parte integrante de un Estado aconfesional, como dice nuestra Constitución.

Y nosotros nos preguntamos qué problema tiene nuestra alcaldesa en que todos los concejales de nuestro Ayuntamiento nos sintamos cómodos. ¿Qué problema tiene en que si algún concejal no quiere entrar en la catedral otro concejal/a al que no le importe, lo sustituya dentro de la misma? En definitiva, nos preguntamos por qué a nuestra alcaldesa le cuesta tanto entender que la sociedad es diversa y que, por tanto, sus representantes en el Ayuntamiento también lo somos. Y que todos somos igual de respetables. ¿No cree que está imponiendo a todos los valencianos, independientemente de su religión o creencia, una confesión religiosa como si Valencia formara parte de un Estado teocrático? ¿No cree que esto es una reminiscencia de un pasado preconstitucional con el que la señora Barberá parece encontrarse muy cómoda?

Más allá de querer respetar la separación Iglesia-Estado, consagrada en nuestra Constitución, estamos hablando de respeto a la divergencia. Nuestra alcaldesa debería asumirlo porque nos quedan cuatro años por delante y tenemos que hablar de muchas cosas y así no iremos a ninguna parte. Nosotros aceptamos que ellos tienen la mayoría y, por ello, sabemos que no vamos a conseguir eliminar el acto religioso como quisiéramos. Pero la señora Barberá debería aceptar que no todos somos católicos o, incluso siéndolo, no queremos entrar como representantes públicos en la catedral por respeto al carácter aconfesional plasmado en nuestra Constitución.

Por ello, señora Barberá, no confunda a la ciudadanía. No es una boda, no es un acto privado. Es algo más importante, el día de todas y todos los valencianos, un acto público y, como tal, no debe ser confesional. Su nombre es procesión cívica, no católica. Y usted tiene la obligación de integrar a todos, no solo a los que piensan como usted. Por eso, le vuelvo a pedir públicamente que se avenga al acuerdo. Desde Compromís estamos dispuestos. Se lo debemos a la ciudadanía. Y si no quiere, será responsabilidad exclusivamente suya.

Joan Ribó es portavoz del Grupo Municipal Compromís en el Ayuntamiento de València.

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