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ELECCIONES 2011

El centro Príncipe Felipe deja a la mitad la plantilla y la investigación

El ERE definitivo contempla 114 despidos de 244 trabajadores

Ya existe una evaluación oficial de daños del impacto del expediente de regulación de empleo (ERE) que sufrirá el Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF) de Valencia.

Pierden el empleo 114 de los 244 trabajadores, desaparecen 12 de las 26 líneas de investigación y se reducirá el sueldo un 12% (de media) a los empleados que se queden. Este es el resultado de las negociaciones entre los sindicatos y la gerencia del centro, que finalmente contempla 20 despidos menos de los previstos por el centro, y que ya se ha presentado a las autoridades laborales para que lo autoricen.

A pesar del acuerdo, los responsables sindicales de la institución mostraron su oposición a la desaparición de 14 líneas de investigación, una medida que arrastra a sus investigadores principales. "Es un ERE completamente indecente", manifestó José Berenguer, uno de los negociadores del acuerdo por parte de UGT. Los despidos obedecen a la falta de financiación de la Generalitat -ha recortado su apoyo a la mitad en dos años hasta dejarla en 4,6 millones de euros- y de una gestión "irresponsable e ineficaz" por parte de sus gestores, añadió María Victoria Gómez, de CC OO.

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Inicialmente, la institución pretendía despedir a 108 trabajadores fijos y no renovar el contrato a otros 26 temporales (134 personas menos en total). Finalmente, se han incluido los 26 temporales en el ERE para aumentar su indemnización y se ha reducido el número de despidos en 20, con lo que la cifra final ha quedado fijado en 114.

En seis años de vida, el CIPF se ha hecho un hueco entre los centros de excelencia en investigación en España. La clasificación que elabora la agencia Scimago Institutions Rankings situó en la clasificación de este año al Príncipe Felipe en quinto lugar entre las 143 instituciones evaluadas, por detrás del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, el Institut Català d'Investigació Quimica, el Centro de Regulación Genómica y el Institut Català d'Oncologia.

Los trabajadores han advertido de que el ERE y la falta de financiación de la Generalitat condenan al CIPF a la condición de un centro de investigación menor.La poda que sufrirá el centro Príncipe Felipe contrasta con la ambición con la que la institución abrió sus puertas. Una de sus principales áreas de trabajo era la medicina regenerativa, uno de los campos que concentra las mayores esperanzas de los investigadores en el posible tratamiento futuro de enfermedades degenerativas, hasta ahora incurables, a través de las células madre.

De los ocho grupos que inicialmente trabajaban en esta parcela, solo quedará uno, el de neuroendocrinología molecular. Desaparecen el banco nacional de líneas celulares y el laboratorio de derivación de Carlos Simón, gracias al cual el CIPF se dio a conocer al conseguir derivar líneas celulares por primera vez en España.

También cerrarán los dos grupos dedicados a investigar específicamente en cáncer: el laboratorio de biología molecular del cáncer y el de patología celular, y el laboratorio que trabajaba en esclerosis múltiple.

La construcción y el equipamiento del CIPF costó 60 millones de euros, el 70% de los cuales corrió a cargo de ayudas europeas. Al frente de la institución, controlada por la Generalitat, el Consell puso a Rubén Moreno. Los representantes de los trabajadores cargaron ayer tanto contra el Gobierno valenciano como contra el máximo responsable del centro desde su apertura en 2005.

Al Consell le acusan de haber llevado al centro a una situación sin salida por reducir las aportaciones para su funcionamiento de forma drástica de los 9,8 millones que la Generalitat destinaba en 2009 hasta los 4,6 de este año o los 4,2 previstos para 2012. A Moreno le reprochan la mala planificación de un centro que cuenta con equipos millonarios sin utilizar o de apuestas fallidas, como el fichaje de Miodrag Stojkovic, el primer europeo que clonó un embrión humano con fines terapéuticos, que resultó un fiasco. Pese a todo ello, el PP ha recolocado a Moreno con una plaza en las listas de la candidatura a las Cortes por Castellón.

Para evitar caer en los mismos errores, los representantes de los trabajadores reclamaron a la Generalitat que la selección del nuevo director general que sustituya a Moreno obedezca a criterios de capacidad en la gestión científica, y no políticos, como hasta ahora. Actualmente, además de estar vacante el puesto de director general, el CIPF también carece de director científico -el patronato eligió al investigador Vicente Felipo pero no ha tomado posesión- por lo que la poda se ha realizado con el centro descabezado (solo hay gerente económico).

Las subvenciones de la Generalitat servían para pagar los gastos corrientes del centro y salarios de los trabajadores. Pero los grupos de investigación también han contribuido a la actividad del CIPF a lo largo de los últimos años con la obtención de ayudas competitivas por valor de entre 5 y 7 millones de euros anuales. El cierre de 14 líneas de investigación implicará que el CIPF tenga que devolver o renunciar a, al menos, dos millones de euros procedentes de estos fondos. Pero también reducirá la capacidad del centro de obtener fondos, perjudicando aún más las posibilidades de que el CIPF levante cabeza.

El Consell dijo ayer que, pese al ERE "se mantendrá el 80% de la actividad investigadora".

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