El Príncipe Felipe prevé despedir a más de un tercio de su plantilla
El coste de la limpieza del edificio para este año es de 500.000 euros
Cada día que pasa, el Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF) de Valencia se aleja un paso más del objetivo que la Generalitat se marcó en 2005 de hacer de estas instalaciones un centro de referencia de la investigación biomédica.
Sumido en una grave crisis por la asfixia presupuestaria en la que el Consell ha sumido al centro -al reducir bruscamente la financiación el 50% entre 2009 y 2011 y dejarla en 4,6 millones de euros- el "Plan de Equilibrio" presentado ayer por el gerente, Carlos Pérez Espuelas, en la reunión del patronato contempla reducir las líneas de investigación de 27 a 12 y el despido de 104 trabajadores.
Fuentes del comité de empresa indicaron ayer que la plantilla actual de la institución ronda las 250 personas -llegó a alcanzar en su mejor momento 375 trabajadores-, por lo que la pérdida de capital humano prevista es del 40%. Si se ejecuta este recorte y finalmente la plantilla se reduce a unas 150 personas, los trabajadores que permanezcan en las modernas y espaciosas instalaciones situadas junto al Oceanogràfic serán aún menos de los 170 que trabajaban en el Instituto de Investigaciones Citológicas (IIC), y que supuso el embrión del CIPF.
En una nota de prensa, el CIPF explicó ayer que la selección de las 12 líneas de investigación que continuarán se ha realizado a partir de la calificación de la producción científica de los 27 grupos. La referencia, señalan, ha sido la evaluación elaborada por la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva de diciembre de 2010.
Tras la dimisión del comité científico y de su director, Carlos Simón, como protesta por los recortes, el patronato propuso ayer -a instancias de Santiago Grisolía- a Vicente Felipo como relevo de Simón. Felipo es el investigador principal del laboratorio de neurobiología del CIPF y proviene del IIC.En la reunión del patronato del Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF) celebrada ayer se trasladó a los asistentes, según ha podido saber este diario, que las pérdidas previstas para este año serán de 5,7 millones de euros. Esta cantidad está próxima a la que la Generalitat ha dejado de aportar desde el año 2009 (5,1 millones). En estos números rojos están incluidas las indemnizaciones que se pagarán a las 104 personas que se pretende despedir. La suma total de los finiquitos asciende a 1,1 millones de euros.
Para el próximo año, en principio, está previsto que se mantenga la aportación de la Generalitat de este año, que asciende a 4,6 millones de euros. La principal vía de ahorro se dirige a reducir gastos de personal (unos cinco millones de euros menos). También hay medidas llamativas como un ahorro de 200.000 euros en el contrato de limpieza, que este año saldrá por 500.000 euros.
En la nota de prensa transmitida por el CIPF se insiste en que como parte del "plan que se llevará a acabo para el mantenimiento de la excelencia del CIPF" se buscarán nuevas fuentes de financiación "promocionando el uso de las instalaciones al servicio de fundaciones de investigación y líneas de investigación propias o procedentes de otras instituciones". Algunos de los presentes en la reunión trasladaron la idea de que si el objetivo consiste en reactivar un centro que pasa por dificultades, no tiene sentido que se haga a costa de aquellos que funcionan.
Como medidas de eficiencia, el CIPF hizo público ayer que se reducirán las retribuciones de los cargos directivos para que se ajusten al nuevo decreto Ley de Régimen Económico y Financiero propuesto por la Consejería de Economía y que impide cobrar sueldos superiores a los del presidente de la Generalitat (67.615 euros). El contrato del gerente, Carlos Pérez Espuelas, es uno de los que se vería afectado ya que tiene un salario ligeramente superior a los 70.000 euros anuales. El CIPF informó de que Pérez Espuelas "ha renunciado de forma voluntaria" al 20% del bono de productividad. Esta bonificación es de 7.000 euros anuales en función del cumplimiento de objetivos.
El patronato comunicó que la supervivencia de la línea de medicina regenerativa -la que más repercusión mediática ha dado al CIPF- depende de la aportación de 1,7 millones del Ministerio de Ciencia que están en el aire al no haber cumplido la Generalitat el objetivo de déficit acordado con el Estado.
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