"El Erasmus latinoamericano lo conseguiremos el próximo año"
El escritor, editor y diplomático Sealtiel Alatriste (México DF, 1949) ejerce ahora, como coordinador de Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de embajador de una de las mayores instituciones académicas del mundo. La UNAM recibió en 2009 el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades y ahora cumple un siglo desde su refundación. Alatriste, del que su amigo Pérez Reverte tomó prestado el apellido para su personaje más famoso, es el comisario de una exposición que se exhibe en el rectorado de la Universidad Politécnica de Valencia.
Pregunta. ¿Qué pretende con esta muestra?
R. Cuando nos dieron el Príncipe de Asturias establecimos una estrategia integral con España. Esta exposición quiere mostrar lo que es la UNAM. Es muy difícil comprender la magnitud de esta universidad en Europa: tenemos 314.000 alumnos, lo que hace que casi cada facultad sea una universidad. En términos culturales tenemos dos orquestas, la mejor sala de conciertos de América, tres teatros, tres museos, entre ellos uno de los más importantes de arte contemporáneo, el MUAC.
"La vida de México de estos 100 años es difícil de entender sin la UNAM"
"El PRI no es el mismo que hace 40 años, no puede serlo"
"El negocio de la droga, de 500.000 millones de dólares, no se va a acabar"
"No hay otra solución que la legalización, pero es complicada"
"Los tres premios Nobel mexicanos son de alumnos de la universidad"
P. ¿Cómo nace la UNAM?
R. Viene de la Real y Pontificia Universidad de México, una de las más viejas, sino la más, de las universidades americanas, que después de la independencia tuvo problemas. Cuando llegaban los liberales al poder la cerraban, y los conservadores la abrían. Todo el XIX tuvo una historia azarosa.
P. Hasta el primer centenario de la independencia mexicana.
R. Sí. Fue una de las instituciones más importantes creadas por el Gobierno de Porfirio Díaz, cuyo ministro de Educación, Justo Sierra, era un visionario. La fundó pensando que el país necesitaba avanzar por otros derroteros. No deja de ser curioso que dos meses después estallara la revolución.
P. En la que la UNAM no pudo ser protagonista.
R. No le dio tiempo pero fue casi la única institución que se conservó del porfirismo hacia el gobierno revolucionario. Y en el 1929 se declara autónoma.
P. ¿Qué objetivos tenía?
R. Se le da el carácter tutelar para lleva a cabo todo el proyecto universitario del país. La vida de México de estos 100 años es difícil de entender sin la UNAM. De ahí surgen los grandes movimientos artísticos. Ahí se forman los grandes maestros, de hecho, los tres premios Nobel que tiene México son de alumnos de la universidad [Alfonso García Robles, Octavio Paz y Mario Molina]. Los movimientos sociales trascendentales importantes de reforma del país se gestan en la universidad.
P. Ese papel ha sido más intenso en la transición.
R. La universidad y los universitarios fueron el núcleo que permitió la transición. De hecho, en el momento difícil de la transición, poco antes de las elecciones, la universidad tiene una huelga muy radicalizada.
P. La misión no está acabada.
R. El PRI de ninguna manera está acabado. Perdió la presidencia, pero en el Estado de México, el más importante, sigue gobernando. Y es muy probable que ahora vuelvan.
P. ¿Se trata de un partido ya homologado en una democracia?
R. Esperamos que sea un partido distinto (risas). Vamos a ver cuánto. No es el mismo que hace 40 años, no puede serlo, pero hay gente a la que le gustaría que fuera el mismo. La UNAM se opondrá a cualquier partido que quiera ser hegemónico. Ahora el voto se respeta, antes no.
P. La UNAM también ha auspiciado muchos movimientos en el resto de América.
R. La universidad es un crisol y da cabida a todos los pensamientos. Cierto es que después del movimiento del 68, con el movimiento de transformación de la sociedad, hay un grupo de universitarios que se van y forman la guerrilla del sur. Pero la universidad supo mantenerse. Si no, te conviertes en un suministro de ideología.
P. ¿Al igual que el Espacio Europeo de Educación Superior, hay lugar para un espacio de universidades latinoamericanas?
R. Eso está en marcha. Creo que tiene partes utópicas y difíciles de llevar a cabo. Pero, por ejemplo, un sistema Erasmus latinoamericano lo conseguiremos el próximo año. Ya está en marcha y hay muchos apoyos.
P. ¿Servirá para cohesionar el mundo de habla hispana?
R. Cuando se dice América Latina parece que se habla de algo más homogéneo de lo que en realidad es. Es un área que tiene una lengua más o menos común, una historia más o menos común... pero con grandes diferencias. El europeo, con todas las diferencias, es un territorio más viejo, más unificado, con ciertos valores comunes.
P. De todas formas, México mira a Estados Unidos.
R. Todo el país está mucho más ligado a los Estados Unidos que a Europa. El Tratado de Libre Comercio nutre a México. Eso tiene muchas ventajas pero también muchas desventajas. Y el modelo universitario sí que mira más a Estados Unidos, sobre todo en el área científica.
P. ¿Cómo un país con esta riqueza cultural pasa a dar la imagen de un narcoestado?
R. México, con sus relaciones con el narco y la violencia está pasando por un mal momento. En los últimos 10 años, los Estados Unidos cierran su frontera y evitan el paso de la droga. Entonces los cárteles empiezan a vender droga en México. Ahí es cuando México empieza a combatir el narco, pero lo hace muy tarde y con una estrategia equivocada. El problema de una guerra así es que no se sabe cómo se gana. Se puede reducir, se puede redirigir, se puede controlar, pero un negocio de 500.000 millones de dólares no se va a acabar.
P. Hay voces que abogan por la legalización.
R. Yo creo que no hay otra solución más que esa. Pero el proceso de legalización es complicado. Es una regularización que puede costar muchísimas vidas.
P. 20 millones de mexicanos viven en Estados Unidos.
R. Ir a Estados Unidos es fácil. El trabajo está allí; cruzar la frontera es encontrarse con la familia, con los amigos... Hay una película titulada Un día sin mexicanos en la que se paraliza todo el sur de Estados Unidos. La política norteamericana es muy pragmática, esto les permite tener salarios bajos; legalizar la inmigración les obligaría a subirlos. No la van a prohibir, pero la van a controlar.
P. ¿También se fugan cerebros?
R. Sí. Por ejemplo en el cine: los tres grandes directores Alejandro González Iñárritu, Guillermo del Toro y Alfonso Cuarón están allá, ahora, haciendo películas. Con mexicanos, eso sí.
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