El Consell devalúa el valenciano

Las alarmas vuelven a estar encedidas en la red educativa. La Consejería de Educación, que dirige Alejandro Font de Mora, ha decidido colocar las primeras cargas en los cimientos de la Llei d'Ús i Ensenyament del Valencià, en vigor desde 1983.

La Consejería de Educación ha decidido permitir que los alumnos, independientemente de la lengua en la que se imparte la docencia, puedan decidir si se examinan en castellano o en valenciano. La iniciativa, dada a conocer a través de una orden, está prevista inicialmente para los colegios e institutos adheridos a la red de centros plurilingües y permite que la evalución del alumno sea independiente del grado de conocimiento de la lengua de docencia. "No tiene ningún sentido, no se ha visto en ninguna parte del mundo", afirmó ayer Àngel Martí, gerente de Escola Valenciana.

Educación rompe el espíritu de la Llei d'Ús i Ensenyament del idioma

María José Navarro, la presidenta de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Valencia, mostró su estupor por la actitud de un consejero que defiende un modelo educativo plurilingüe, que todavía no ha explicado, mientras menosprecia el valenciano. "Nuestros hijos estudian en valenciano porque es un derecho, no un capricho", sentenció.

Los sindicatos docentes también criticaron duramente la propuesta del Gobierno de Francisco Camps, con la que se pretende devaluar el uso del valenciano en el sistema educativo.

Sin embargo, Camps no tuvo el menor reparo el jueves en recriminarle al portavoz socialista en las Cortes, Ángel Luna, que no hablase el valenciano. Una situación que colocó ayer en apuros a su propia portavoz y consejera de Justicia, Paula Sánchez de León, que nunca se ha expresado en esta lengua en sus comparencias. Igual que la gran mayoría de los miembros del Consell, en cuyos departamentos el uso del valenciano ocupa un segundo plano. Sánchez de León afirmó que cuando se encuentre "con fluidez suficiente" espera "poder hablar en lengua valenciana". La consejera portavoz defendió la medida de Alejandro Font de Mora -que considera que el sector educativo está tomado por la izquierda y los nacionalistas- y recurrió a la denominación estatutaria de la lengua para reavivar la llama del secesionismo lingüístico. Una cuestión que ya zanjó en su día la propia Acadèmia Valenciana de la Llengua, una institución creada bajo la presidencia de Eduardo Zaplana y en la que Font de Mora intentó, sin éxito, dar un golpe de mano.